En las sombras Cuestión de derechos – II

Fawcett Publications era una editorial que llevaba 20 años en el negocio editorial cuando el boom de los cómics estalló. Publicaba todo tipo de revistas: policiacas, del salvaje oeste, de cine, de guerra, etc. Se encontraba en una posición envidiable en el mercado y tenía una gran capacidad para producir nuevas publicaciones de lo que fuera en un periodo muy corto de tiempo siempre que las expectativas de ventas fueran lo bastante prometedoras. Y que mejor que ese nuevo tipo de revista llamada comic book que estaba arrasando a finales de la década de los 30.

whizcomics2.jpgEra lógico pensar que una editorial tan importante como esta no dudaría en lanzar su propia línea de superhéroes y no tardó mucho, concretamente en 1940 con Master Comics. En sus páginas personajes tan pintorescos como Master Man o el Capitán Marvel cuya similitudes con Superman nuevamente eran muy elevadas. El primero era descrito como el héroe más grande del mundo: «más fuerte que un potro salvaje, más rápido que los furiosos vientos, más bravo que un león, más astuto que la sabiduría». Aquello no duro más de 6 números, no por falta de ideas para seguir adelante o por guiones tan pueriles como la descripción de sus poderes, sino más bien por las amenazas de acabar en tribunales que regularmente llegaban desde National, que desde la victoria sobre Wonderman, estaba ojo avizor a todo el material que salía al mercado y que se pareciera remotamente a cualquiera de sus personajes. Con Master Man, las amenazas bastaron y sobraron, pero con el otro personaje que había lanzado la editorial las cosas no iban a ser tan fáciles ya que este personaje llego a hacer morder el polvo al propio Superman en cuestión de ventas.

El Capitán Marvel fue uno de los múltiples encargos que recibió Bill Parker para crear toda una nueva línea de personajes para la Fawcett. En principio la idea era crear un grupo de seis superhéroes, cada uno de ellos con un poder basado en un dios mitológico. Sin embargo, la editorial decidió que funcionaría mejor si se juntaba todo eso en una sola persona y así es como nació el Capitán Thunder. El encargado de crear su imagen fue C.C. Beck, con un estilo mucho más caricaturesco de lo que estilaba entonces para los superhéroes.

El personaje apareció por primera vez en una revista llamada Flash Comics o Thrill Comics. Era un número promocional que no se llego a distribuir y que sirvió para enseñar a los futuros anunciantes. Tras su publicación la editorial se dio cuenta que tanto Flash Comics, como Thrill Comics y Captain Thunder eran nombres registrados por otras empresas, por lo que se decidió cambiar el nombre de la revista por Whiz Comics y el Capitan por Capitan Marvelous, que al final se quedo en el más manejable Capitán Marvel. El número 2 de la revista Whiz Comics, aparecido a finales de 1939 ya se distribuyó al gran publico, con unas cifras de venta cercana a los 500.000 ejemplares, cifra nada desdeñable para tratarse de una nueva revista totalmente desconocida.

En esa primera historia se nos cuenta el origen del Capitán Marvel: Billy Batson, un niño de entre 10 y 12 años, repartidor de periódicos y sin hogar, es conducido a una cueva subterranea por un extraño que se revela como el mago Shazam, un viejo de 3000 años de edad que lleva toda su vida combatiendo las fuerzas del mal con el poder otorgado por los dioses. Como ya esta un poco mayor ha elegido a Billy como su sucesor, que con solo decir el nombre del mago se transforma en el poderoso Capitán Marvel. Esto hacía que su origen no solo fuera totalmente diferente al de Superman sino que además hacía que los niños se identificaran perfectamente con su héroe. ¿Qué niño no querría convertirse en un superhéroe con tan solo decir una palabra mágica? Clark Kent era alguien patoso y poco agradecido, Billy Batson era un jovenzuelo que solo quería vivir aventuras y emociones fuertes, es normal que los más jóvenes apostarán por el más atractivo Capitán. Además, también tenía otra baza a su favor, el tono de sus aventuras era mucho más desenfadado y juvenil que las del hombre de acero. No es raro por ello que el Capitán se convirtiera en un éxito de ventas, sobre todo cuando la editorial publicó un cómic para el solo, Captain Marvel Adventures, que llegó a vender 1.300.000 ejemplares todo los meses, sobrepasando así las cifras de venta de Superman. Además, fue el primer superhéroe en ser adaptado a la gran pantalla, lo que daba muestra de su éxito imparable. Otro elemento que lo distinguiría y que acabarían copiando todos los grandes héroes fue la creación de una familia con superpoderes: Capitan Marvel Junior, Mary Marvel, Tío Marvel y algún que otro ser extraño más creaban una serie de personajes que servían para franquiciar al personaje de todas las maneras imaginables y para cualquier tipo de publico. ¿Quién no querría formar parte de algo así? Era el superhéroe ideal, para todos los públicos, para todas las edades, un hit de ventas. Además, estaban escritos por uno de los mejores guionistas de la época, Otto Binder, que convirtió la colección en una de las más frescas, originales y divertidas de la época.

Whizcomics59.jpgAquello era demasiado para National. No solo aquel personaje podía estar infringiendo sus derechos, cosa que no quedaba clara del todo, sino que estaba batiendo en todos los terrenos a su estrella y le estaba arrebatando una trozo muy importante del pastel. Nuevamente querían demostrar toda su fuerza en los tribunales, pero esta vez no iban a topar con unos novatos que editaban sus primeros tebeos. Fawcett era una gran editorial y no iba renunciar de buenas a primera de su gallina de los huevos de oro. El departamento legal no iba a tardar en poner su maquinaria en funcionamiento y la primera demanda iba a llegar inmediatamente, concretamente en 1941. Pero se tardaría 7 años en llegar a juicio, periodo en el que ambas editoriales intentaron varios intentos de negociación que resultaron ser todos infractuosos, ya que mientras más vendía el personaje, mientras más apariciones hacía él y su familia en otros tebeos, menos quería Fawcett llegar a ningún tipo de acuerdo que implicara la desaparición del personaje. Curiosamente, durante este periodo de tiempo, los comics de Superman fueron copiando algunas de las características únicas de la serie del Capitán como la aparición de un Superman más juvenil, Superboy, o la conversión del archienemigo de Superman, Lex Luthor, en un loco científico calvo, como el Dr Sivana, la némesis del Capitan Marvel.

En 1948 tuvo lugar la primera vista oral. El acta es otra vez algo poco habitual para un juicio. En ella, National alegaba que las características principales del Capitán Marvel, es decir, superfuerza, supervelocidad, invulnerabilidad, un traje de mallas ajustado con capa y un alter ego periodista (Billy paso de repartidor de periódicos a locutor de radio casi por arte de magia), eran iguales a las de Superman por lo que claramente era un copia de este. Fawcett por su parte, argumentaba que, aunque los dos personajes tuvieran algún que otro parecido y Superman se había publicado un poco antes que su creación, las diferencias en la trama y en los elementos claves, como que era un niño y que sus poderes procedían de la magia hacía que fueran personajes totalmente diferentes y por lo tanto no habían infringido la propiedad intelectual de nadie. A pesar del evidente parecido entre uno y otro personaje, el juez concedió la victoria a Fawcett, pero simplemente por una mera cuestión burocrática: varias de las tiras de prensa de Superman no incluían la aparición del símbolo de copyright y por lo tanto, aquellas tiras no poseían legalmente derechos de propiedad. Sin embargo, el juez en sus conclusiones reconoció que la Fawcett había plagiado a National y que el personaje era una copia del otro. Con este veredicto National, apeló en 1951 a un juzgado de instancia superior, en donde no tuvo ningún problema para alzarse, esta vez sí, con la victoria. En el nuevo juicio se declararon los derechos de copyright totalmente validos, revocando la decisión del tribunal anterior y se dejo la decisión a un tribunal de cuentas para que impusiera la cantidad correspondiente por los daños realizados. Sin embargo, Fawcett prefirió llegar antes a un acuerdo que seguir adelante, no por miedo a seguir litigando, sino más bien porque las ventas de cómics de todo el sector estaban sintiendo un descenso muy acusado después del fin de la guerra y ya no rentaba seguir publicando cómics. Fawcett pagó a National 400.000$ y acordó cerrar todas las publicaciones relacionadas con el Capitán Marvel. Esto significo la muerte para la división de cómics de la editorial. Los derechos de los tebeos fueron vendidos a otras editoriales, los trabajadores fueron despedidos y la división fue desmantelada. Y aquí se tenía que haber acabado la historia del Capitán Marvel, que ironías del destino, volvió a ser publicado bajo el sello que le había causado su muerte: DC Comics.

shazam.jpgEn la década de los 60, los superhéroes de la Marvel de Stan Lee habían traido otra vez una bonanza ecónomica al sector del cómic. No era tan espectacular como la de la finales de los 30, la llamada edad dorada del cómic, por lo que se le llamo la edad de plata del cómic. Aún así, los cómics volvían a dar ingentes beneficios y Fawcett se sentía tentada a volver a intentarlo. Pero, aunque los derechos del Capitán Marvel seguían siendo suyos, se veían atados de pies a mano a publicarlo por el acuerdo judicial. En 1972, tras más de 20 años sin ser publicados, DC decidió comprarle los derechos a Fawcett y publicarlo bajo el titulo de Shazam. No podían publicarlo bajo el título de Capitán Marvel, porque la Marvel ya había creado a otro personaje con el mismo nombre y había publicado un cómic con el, por lo que el derecho de usarlo como título de portada le pertenecía. Pero la magia se había perdido en todos estos años que la colección había permanecido en el limbo y las ventas no acompañaros. Shazam cerró en el número 47, pero su historia no acabo ahí ya que DC lo fue reintegrando poco a poco en su universo superheroico, hasta convertirse en un compañero habitual de aventuras de Batman, Superman, o cualquier otro tipo con mallas de ese universo. De esta manera, el personaje que había sido acusado por plagio y cuya destrucción busco por medios judiciales DC, es actualmente uno de sus personajes pertenecientes a todo su panteón superhéroico y no es raro verle de vez en cuando pegándose a puñetazo limpio con Superman. A los guionistas les gusta rememorar la pelea que hubo entre editoriales de esta manera, convirtiéndose en un chiste privado. Pero la historia de los derechos del Capitán Marvel no acabo ahí, ya que a través de su publicación en Inglaterra causo otro tipo de problemas que llegan hasta nuestros días. Pero eso lo trataremos en un capitulo posterior.

5 comentario en “En las sombras Cuestión de derechos – II”

  1. Andrew Zimmerman dice:

    En este caso es evidente que se han inspirado en Superman, pero no lo considero un plagio. Tiene suficientes diferencias. Además porque Superman tenga mallas no quiere decir que ningún héroe posterior no pueda tenerla. No entiendo como ganó el juicio National (o DC), supongo que se debe a que eran otros tiempos y no había tantos comics pijameros. El hecho es que no se porqué, me cabrea el tema.

  2. Deke Rivers dice:

    Seria interesante un artículo sobre la bien conocida influencia del Capitán Marvel Jr en Elvis Presley.

    Para que veamos que los famosos tambien pueden ser fans y que los comics pueden influenciar otros aspectos de la cultura popular sin que nos demos cuenta.

  3. menglo dice:

    Buenas.

    No entiendo como gano el juicio DC,hay muchas diferencias con Superman,el traje apenas se parece,el origen,la verdad es que queda muy mal DC,destruyo una editorial y muchos puestos de trabajo.

    Sigue asi Pedro,estas historias son muy entretenidas.

  4. Kaldo dice:

    Te has dado cuenta de que lo de la historia interesa, eh?

    Realmente, el personaje tiene unos parecidos muy relativos, más alla de que es un superheroe multidisciplinar (no como la mayoría de los actuales, que tienen solo uno o dos poderes) y realmente lo de hacerle periodista fué un fallo, porque acrecentaba los argumentos de plagio.

  5. Un tebeo con otro nombre dice:

    En las sombras Cuestión de derechos V

    Abordamos la ultima parte de este capítulo con uno de los superheroes que más nos ha traido de cabeza últimamente: Marvelman… ¡No! ¡Miracleman!…

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