¿Dónde están nuestros clásicos?

Hace un tiempo uno de los fieles lectores de este blog, Sahiher, me pidió una colaboración para el Boletín de la Asociación de Amigos del Guerrero del Antifaz. De niño crecí leyendo muchísimos de los tebeos de Manuel Gago así que no dude ni en segundo en aportar mi pequeño granito de arena. En principio no tenía muy claro sobre que escribir, porque esta claro que en la asociación hay gente que se conoce la vida de Manuel Gago millones de veces mejor que yo, así que intentar algo en plan biográfico estaba descartado. Así que hice lo que hay que hacer cuando no tienes idea sobre que escribir: agarrar los tebeos y leérmelos uno detrás de otro. Hacia muchísimos años que no lo hacia, pero muchos, unos cuantos lustros para ser exactos. Y me encontré con unos tebeos muy pero que muy antiguos (de 1944 son las primeras historias, hace más de 75 años), con bastantes defectos, sobre todo en un dibujo muy primerizo, pero con unas historias… ¡como te enganchan las condenadas! Es increíble todo lo que puede suceder en un espacio tan corto de tiempo y toda la acción que transcurre en cada uno de estos cuadernillos de aventura. Es endiablado como Gago te agarra de tal forma que es imposible parar de leer y de continuar número tras número. Es una historia sin fin llena de continuos continuaras que no acaban nunca y que pese a que cuenta lo mismo una y otra vez, no deja de sorprendente.
Tampoco os quiero vender ninguna burra, es un cuaderno de aventuras con todas su virtudes y defectos. Te da exactamente lo que promete, ni más ni menos. Si te gusta, es el paraíso, si te disgusta este tipo de cosas, pues no te va a entrar de ninguna manera. Es lo que es y dentro de su genero es una maravilla sin limites.

Volviendo al tema de la colaboración, mi mayor problema para empezar a escribirla fue decidir cuando para de leer las aventuras del personaje. Porque el Guerrero va saltando de aventura en aventura sin parar y no existe un punto donde parar y poder continuar otro día. Al final corte por lo sano en un punto cualquiera y así es como pude volver a recuperar mi vida. Porque leerme centenares de números de esta maravilla no me parece una mala idea, pero de una manera más espaciada y relajada. Y eso que el Guerrero no es mi personaje preferido, que yo he sido siempre más del Espadachín Enmascarado.
Para no enrollarme demasiado, pare de leer, escribí mi colaboración y este mes he recibido el boletín de la Asociación donde me he quedado de piedra al comprobar que comparto páginas con autores tan grandes como Carlos Giménez, Carlos Pacheco o una de mis grandes debilidades, Paco Alcazar. Me he quedado gratamente sorprendido porque aunque ya me habían mostrado el gran trabajo de la Asociación en boletines anteriores, no esperaba un nivel de calidad tan alto. De verdad, que la mejor parte de haber escrito para ellos es haber recibido el boletín y disfrutar todas y cada una de sus páginas. Suena a peloteo, y lo es, pero también es un reconocimiento genuino de lo bien que me he pasado colaborando por ellos. Tanto por darme la oportunidad de volver a leer los tebeos de Gago, como por ver el maravilloso trabajo que han producido. Ha sido todo un placer.

Y todo esto, que es solo una introducción me lleva a… ¿qué estamos haciendo con nuestros clásicos? Porque Manuel Gago no es un autor cualquiera, es uno de nuestros mejores creadores a la altura de nuestros mejores escritores, cuyo trabajo debería estar presente en muchas bibliotecas de nuestro país. Deberíamos poder acceder a cualquiera de sus obras de una manera sencilla y verlas una y otra vez reeditadas en nuestras librerías. Pero bueno, ya sabemos todos lo que cuesta encontrar las obras de Gago o de Victor Mora, por poner un ejemplo. Autores que han vendido millones de ejemplares y que han forjado a generaciones de lectores, cuyos tebeos son de una calidad altísima. Y bueno, siendo Gago y Mora la crême de la crême, ¿ qué me dices del resto de nuestros autores clásicos?

Estos últimos días me he hecho con la última obra de Antoni Guiral, 100 años de Pulgarcito. Todo lo que he disfrutado colaborando para los Amigos del Guerrero, lo he sufrido leyendo este libro. Página tras páginas se me caían las lagrimas al ver todos esos autores y personajes que se han perdido en el tiempo y de los que es imposible disfrutar hoy en día. Porque de todos aquellos tiempos maravillosos de Bruguera parece que solo nos queda Ibáñez en las librerías, pero hay tantos autores tan y tan buenos que es doloroso pensar en donde esta todo ese archivo de Bruguera que no ha vuelto a ser publicado de ninguna manera. Porque yo quiero leer a Cifré, a Iranzo, a Peñarroya, a Schmidt, a Escobar, a Raf… a tantos y tantos que hicieron unos tebeos absolutamente maravillosos y que son imposibles de encontrar hoy en día. Entiendo que realizar un proyecto realmente comercial con todo este material es muy pero que muy complicado, ¿pero eso es excusa para que este material permanezca en manos de una entidad privada y no podemos tener acceso a él de ninguna de las maneras? Tiene que haber alguna manera de poner a disposición de todos ese magnifico catálogo. O al menos tiene que haber alguna manera de darle visibilidad. ¿Cómo quieres que nadie te compre todo lo publicado por Bruguera si solo esta accesible para historiadores? Dale aire, dale vida… ¡regálalo si hace falta! Pero tener todo este material muerto en tus archivos para nada, ¿a quién beneficia?

No me entendáis mal, el libro de Guiral es una maravilla brutal, pero cada reproducción de las páginas del Pulgarcito son una puñalada directa al corazón. Necesitamos más clásicos en nuestras vida, pero sobre todo necesitamos que estén accesible para todos. Muchas gracias a la Asociación de Amigos del Guerrero del Antifaz y a Antoni Guiral por todo el esfuerzo que están haciendo. Pero la pelota esta en el tejado de otros… ¡espabilen!¡Hagan algo! No dejen que esto se muera.

3 comentario en “¿Dónde están nuestros clásicos?”

  1. sahiher dice:

    Pedro, muchas gracias por tu publicación y por apoyarnos. Un lujo contar contigo.
    Y si, tienes toda la razón. Independientemente de lo que le pueda gustar o no a uno este material, es una pena que esta parte de nuestra cultura no esté accesible para quien pueda estar interesado.

  2. Eduardo Salazar dice:

    Grande Pedro, Muchas gracias!!

  3. Sergio dice:

    No puedo estar más de acuerdo con lo que expones. Es una verdadera pena lo poco publicados y puestos en valor que están nuestros clásicos; no sé si el problema es efectivamente la falta de comercialidad, de interés del público o de ediciones asequibles y no «de coleccionista», pero contrasta mucho con todo el material clásico estadounidense y británico que se está publicando últimamente y que sí parece tener mercado.

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