Reseña desestructurada sobre Deadpool y Lobezno
Esta reseña o lo que sea contiene spoilers. Ni siquiera es una reseña como tal, es una suerte de reflexión sobre la particular relación de la película con la cuarta pared y con el mundo que nos rodea. Si lees lo que viene a continuación no solo vas destrozarte muchísimas de la sorpresas de la cinta sino que además te vas a perder el juego que la película plantea en su primer visionado con el espectador. Tampoco vas a entender ni de lo que estoy hablando, así que hazte un favor y busca una manera de ver la película por ti mismo. Es el siglo XXI, seguro que se te ocurre una manera. NO SIGAS ADELANTE POR TU PROPIO BIEN, NO SIGAS.
Deadpool y Lobezno es una película bastante extraña ya que necesita funcionar en dos direcciones, por un lado desde dentro de la película hacía fuera, la clásica rotura de la cuarta pared, y por otro desde fuera de la película hacía dentro, es decir, necesita de que el espectador se implique en lo que pasa en la cinta para entender completamente. Ya desde el primer momento en que Deadpool empieza a bailar con los títulos de crédito se nos da a entender que el personaje, o más bien, el propio Ryan Reynolds, va a ser nuestro compañero durante la película, se va sentar a nuestro lado en la butaca de al lado y nos va a ir haciendo comentarios de todo lo que vamos a ver. No es simplemente una rotura de la cuarta pared en la que el personaje se dirige ocasionalmente al espectador, el propio Reynolds escribe sus diálogos con la intención de que sea el mundo exterior quien influya en el argumento. Es una película cuyo objetivo es narrarnos como la realidad influye en los mundos de ficción y como todo lo sucedido en ellos viene impostado por las inquietudes humanas.
Ya la primera escena es muy reveladora en este aspecto. Antes de que empiece el baile a ritmo de Nsync, Deadpool está profanando la misma tumba de Lobezno que aparece al final de Logan. Su intención es traer de vuelta a la vida a Lobezno, pero no solo para formar equipo con él y vivir una divertida aventura, sino para intentar resucitar el universo mutante a través del elemento más poderoso sobre la faz de la Tierra: el dinero. Como se contará más tarde en una trama que no tiene ningún sentido dentro de la película, una línea temporal desaparece cuando muere un personaje ancla que es clave para su existencia. En este caso ese personaje ancla es Hugh Jackman que una vez decide dejar de interpretar el personaje de Lobezno, deja tocado de muerte al universo cinematográfico de la Fox, que sin su principal gallina de los huevos de oro está destinado a la desaparición. Esta película es un reflejo de la vida real, de cómo los espectadores y las grandes corporaciones crean y destruyen universos basándose en los intereses de los unos y de los otros. Tanto ganas, tanto estoy dispuesto a pagar. Eso es todo.
Todo esto provoca que el guión sea bastante absurdo y que por sí solo no tenga ningún sentido. Como película independiente no se entiende nada y cuenta con una cantidad de agujeros de guión descomunales. Eso es así porque se ha rodado como parte de una gran saga en la que el espectador necesita tener cuantos más conocimientos mejor. No solo de cine, también de televisión, de cómic, de cotilleos de sociedad, etc. La mayoría de los chistes son los que haría el propio espectador viendo la película con sus amigos y en esta ocasión los guionistas se han metido en la piel de ese hipotético espectador y se han puesto a llenar toda la película de esos comentarios que de ninguna manera tendrían sentido por sí solos. Se necesita contar con la complicidad del espectador, sin ella la película no tiene sentido.
Un ejemplo cualquiera de esto es la escena con Chris Evans y cómo se puede entender a varios niveles. El primero de ellos se da cuando el actor aparece en el vacío. Todos los espectadores saben que es el Capitán América y que ha abandonado el universo Marvel, por lo que tiene mucho sentido que esté en la nada. Pero el aficionado que ha visto todas y cada una de las películas sabe que fue la Antorcha Humana. El chiste solo se entiende en su totalidad cuando se tiene todo el conocimiento, de ahí la necesidad de la máxima complicidad posible con el espectador.
Otro de los objetivos principales de la cinta es juntar de una vez bajo el mismo paraguas de Marvel/Disney a todos esos personajes que por cuestiones de derechos acabaron en manos de la Fox. Este tipo de cosas siempre se han hecho en los cómics de una manera tremendamente rebuscada pero muy impactante para el lector y sobre todo muy rentable: Crisis. Para resolver el lío de universos que la editorial DC había creado durante más de 5 décadas, decidió montar un megaevento donde una serie de universos eran destruidos y los supervivientes se unían en un único universo mezcla de todos los anteriores. Lo que en el papel era una gran idea y resultó en una magnífica historia contada por dos titanes como Marv Wolfman y George Perez funcionó… al principio. No tardaron en aparecer las primeras incongruencias y los sin sentidos que con el paso del tiempo provocaron Crisis y más Crisis y cómo no, otras Crisis para arreglar los desastres de las Crisis anteriores. Intentar arreglar los líos de los multiuniversos desde los propios cómics no solo resultó muy complicado sino que provocó una espiral sin fin a cada paso más y más incomprensible. Así que en esta película han decidido ir de frente y cortar por lo sano: así se acaba el universo Fox, quizás no sea la forma más adecuada de hacerlo, no tiene ningún sentido, pero es lo que se nos ha ocurrido. No hay más, a partir de ahora estos personajes comparten universo con los otros. Daros cuenta como la película es atraída una y otra vez al universo de Marvel/Disney. Desde la escena en la que Deadpool hace una entrevista con Happy para entrar en los Vengadores… ¡qué no tiene ningún sentido ni dentro de la propia película! Hasta todo ese transcurrir por la AVT y ese salto por todos esos universo que no pertenecen a Fox, sino a Marvel. Cuando Deadpool va saltando de universo en universo, en realidad está saltando de cómic en cómic, encontrando una y otra vez a diferentes versiones del personaje todas salidas de los cómics (incluso la del cameo de Cavill), y ninguna de esas le vale. Porque en realidad Deadpool no está buscando el universo Marvel, está buscando al propio Hugh Jackman, siendo su versión actual la que encuentra. Lo necesita no solo por la pobre excusa argumental, sino para recaudar la millonada de dinero que ha terminado recaudado la cinta.
Aparte de ese bonito homenaje a los cómics de ir visitando distintos cómics incluso incluso llegando a clavar alguna portada, existe otro muy bonito en la pelea con las decenas de Deadpools. En ella la cámara se sitúa lateralmente y va avanzando lentamente de izquierda a derecha simulando la lectura en viñetas, incluso usando la aparición de un autobús para marcar la separación entre las mismas. Como lector de cómics fue una de las escenas más emocionantes de la película al ser uno de los intentos más sinceros de trasladar viñetas directamente a la gran pantalla.
Dicho todo esto, Deadpool y Lobezno es una película tan divertida como absurda que es el perfecto broche de oro al sin sentido de universo que nunca terminó de construir la Fox. No es el mejor del mundo pero es el que ha salido. Al menos es curioso y entretenido de ver.
P.S. Si quieres leer un cómic del personaje que se parezca a la película, no piquéis con todas esas ediciones que ha lanzado Panini a 5,99 euros de Masacre contra todos. El cómic ideal se llama «Tu eres Masacre». Y efectivamente, el título lo explica perfectamente.