Efectivamente, al final los viejos del lugar hemos picado dispuestos a rememorar esos tiempos donde aun eramos virge... esto... donde aún comprábamos cd's de música, sí, eso. Y aunque cualquier tiempo pasado fue mejor, al menos esto es un prometedor comienzo.
El primer número de X-Men Forever empieza allá donde se quedo el número 3 de X-Men. El asteroide M ha caído, Magneto a lo mejor esta muerto (bueno, ya sabemos todos como son estas cosas, me da mi que en realidad como sigue vivito y coleando) y la Patrulla X va a la caza y captura de Fabian Cortez. Así comienza el número... bueno no, en realidad empieza con una splash page donde Logan y Jean se están pegando el lote y es que parece que alguien siente algo por alguien, como nos recalcaran los viejos y denostados bocadillos de pensamientos claremontianos:
- Debería concentrarme en la misión, pero no puedo apartarla de mis pensamientos.
- La Patrulla X me ha pedido que les ayudara, ¿pero y luego qué?
- Kurt y yo estamos estado con Excalibur durante tanto tiempo que había olvidado cuanto echaba de menos a la Patrulla.
Etc, etc, vamos lo mismo de siempre. ¿Y no es eso lo que queríamos? Pues sí, claro que era lo que queríamos, pero hace tanto tiempo de eso que... se hace extraño. No es solo por los bocadillos de pensamiento o por la manera de narrar, sino porque resulta chocante volver a esa narrativa llena de diálogos, bocadillos de pensamiento y textos de apoyo. Páginas verborreaicas, no porque abusen de texto, sino porque tienen una gran necesidad de contar cosas más allá del dibujo. Ahora con un primer plano y tres viñetas repetidas tienes una página entera sin textos y no pasa nada.
Sin embargo, este primer número no es lo que se dice un gran tebeo. La Patrulla va en el pájaro negro, estalla, salen todos volando, incluso los personajes hablan de que no es la primera vez que les ocurre, luego hay una pelea y poca cosa más (bueno sí y una sorpresilla). Pero vamos, que es un número típico y tópico, pero muy claremontiano y sobre todo muy de cabos sueltos. Que creo que eso es lo que le importa al autor en este primer número, empezar a meter cabos sueltos para marcarse una de esas historias de decenas de números tan típicas de su primera etapa en la colección. Es más, tengo la impresión que viendo que esto era algo alternativo y que podía hacer lo que le diera la real gana, ha cogido los planes que tenía pensados hace muchísimos años y ha empezado a desarrollarlos. Vamos, que ha reunido todo aquello que en su día no paso el corte por unos motivos u otros y lo va a contar hasta donde lo dejen. O quizá no, pero por ahora eso es lo que se intuye.
En el aspecto artístico Tom Grummet tambien retrocede al pasado y se convierte en otro clon más de Jim Lee que tanto abundaban por la época. Eso sí, mucho más competente que la mayoría de los clones que surgieron y con un dominio de la anatomía mucho mayor. Vamos, que si poco a poco Grummet va olvidándose de Jim Lee y lo va llevando a su estilo mejor que mejor, pero claro, las cosas como son, y hay que empezar como si el espíritu de Jim Lee siguiera por allí.
Lo he disfrutado, mucho. El tebeo iba dirigido a lectores como yo y nos han dado por el lado del gusto. Misión cumplida y ahí seguiré mes tras mes siguiendo los guiones del abuelete. ¿Y las nuevas generaciones? ¿Qué pensaran de este tebeo tan alejado de lo que se hace ahora?