El espectacular éxito de Superman conllevó una bonanza económica tan extraordinaria para la editorial que lo publicaba que muchas otras no dudaron en subirse al carro para crear su propia línea de superhéroes. El hombre de acero iba a traer consigo toda una corte de bienhechores en mallas que salían de debajo de las piedras atraídos por el olor del dinero. Los personajes muy similares los unos a los otros, o directamente plagios, iban a estar a la orden del día ya que quien más o quien menos quería tener su propio Superman o algo que se le pareciera lo máximo posible. Pero ahí estaba National dispuesta a defender a golpe de demanda a cualquier que pretendiera usurpar los derechos de sus propiedades, que no creaciones. Los tribunales iban a entrar de lleno en la vida de los cómics y la justicia iba a decidir que editoriales vivían y que editoriales morían a golpe de martillo. Era un terreno peligroso que podía dar mucho dinero, así que para muchos el riesgo merecía la pena.
 Wonderman
Wonderman
La primera demanda por derechos de autor en la historia del cómic de superhéroes americano tuvo lugar cuando National demando a Brun Publication por el personaje de Wonderman. La historia comienza con una curiosa leyenda urbana que implica a una persona de la propia National, Victor Fox. Este hombre era un contable de la casa que llevaba los libros de cuenta de la compañía. Se cuenta que cuando Fox echó un vistazo a las cifras de ventas del primer número de Action Comics, le dijo a sus compañeros que salía un momento a comer algo, alquiló una oficina el mismo día y a continuación anunció que había creado una nueva editorial para publicar tebeos. El problema con esta historia es que Fox nunca trabajó para National, pero por algún motivo desconocido ha pasado a formar parte de la imaginería del mundillo comiquero para contar la locura que imperaba en aquellos años. 
Lo que sí era real es que Fox se presento a finales de 1938 en el estudio de Eisner e Iger y les dijo textualmente  "Quiero otro Superman" para a continuación describirles como debía ser ese nuevo superhéroe llamado Wonderman con una W bien grande en su pecho, una descripción que se parecía muchísimo al aspecto del hombre de acero. Eisner sabía que le estaban pidiendo hacer una copia del personaje, pero no tenía muy claras las implicaciones legales de todo aquello. Discutió con su compañero de estudio sobre el tema y este le dijo que efectivamente, aquello era una copia, pero era por eso por lo que Fox les iba a pagar. Con el seudónimo de Willis, Eisner escribió y dibujo 14 páginas para el primer numero de Wonder Comics que apareció en mayo de 1939 y levanto inmediatamente sospechas en National, que no dudo en demandarle por infringir sus derechos de autor. O la editorial empezaba a crear un precedente legal desde ese mismo momento o las copias de sus personajes iban a aparecer en todos los tebeos inimaginables del mundo.  
El caso no llego a juicio hasta el año siguiente donde Eisner fue llamado a declarar para contar que es lo que había encargado Victor Fox. Este, amenazó al estudio con no pagar por el trabajo realizado si contaba lo que había sucedido realmente, pero Eisner era un hombre honrado y cuando se encontró en el estrado no pudo decir otra cosa que la verdad y nada más que la verdad y explicó como Fox le había pedido hacer otro Superman y prácticamente copiar al personaje, testimonio que le costo unos 3000$ al estudio Eisner e Iger, que es la cantidad que les debia Fox. El tribunal no tuvo ninguna duda al fallar a favor de National y así aparece a través de unas actas más entretenidas y divertidas que las habituales que se redactan en asuntos legales. Comparado ambos tebeos el tribunal declaraba lo siguiente:
"Cada publicación retrata a un hombre de velocidad y fuerzas milagrosas llamado Superman en Action Comics y Wonderman en la revista de Bruns. Las características de ambos personajes son muy similares. Cada uno mantiene ocultas sus habilidades bajo la ropa de calle, pero bajo su apariencia normal se esconden disfraces muy ajustados a la piel adecuados para realizar acrobacias. La única diferencia real entre ellos es que Superman viste un uniforme azul y Wonderman uno rojo. Cada uno de ellos es denominado el campeón de los oprimidos. Cada uno de ellos aparece corriendo bajo la luna llena y cada uno destroza una pistola con sus propias manos. Superman aparece deteniendo una bala con su propio cuerpo y Wonderman detiene obuses y los devuelve con sus propias manos. Cada uno de ellos es disparado por tres hombres a la vez y se muestra impasible ante las balas que le disparan. Superman aparece saltando por encima de un edificio mientras que Wonderman lo hace de edificio en edificio. Ambos están dotados de suficiente fuerza para destrozar una fuerza de acero. Cada uno es descrito como el hombre más fuerte del mundo y pelean contra el mal y las injusticias"
Los abogados de Fox intentaron alegar que muchas de las características de Superman se encontraban presentes en los héroes de la mitología, como Hercules, pero ante una copia tan evidente como la retratada en el acta del juicio no hubo defensa posible. Wonderman solo conoció la vida en su primer y único numero ya que Fox decidió parar la publicación del cómic a la espera del veredicto del tribunal. Este juicio, que no supuso un gran giro en la historia de los cómics sento precedentes y fue la piedra sobre la que National se asentaba con fuerzas para demandar a todo aquel que parecía hacer uso ilegitimo de sus propiedades y de la que iba a hacer un uso intensivo en los años siguientes. Curiosamente, Fox no parecio salir muy escarmentado del tema ya que el mismo año creó un personaje llamado The Moth, cuyas similitudes con Batman también eran muy elevadas. Tras presentar la correspondiente denuncia Fox dejo de publicar este nuevo personaje y se olvido de defender otra vez a sus creaciones en los tribunales: tenía todas las de perder. Victor Fox era dueño de una editorial muy pequeña y con poco poder real para presentar una larga lucha contra una empresa que se estaba convirtiendo en un gigante como la National y por eso no representó ningún problema. Pero otras editoriales más grandes estaban al acecho y la siguiente en caer bajo el punto de mira de National fue una que estaba publicando un personaje llamado Capitán Marvel.

 Era lógico pensar que una editorial tan importante como esta no dudaría en lanzar su propia línea de superhéroes y no tardó mucho, concretamente en 1940 con Master Comics. En sus páginas personajes tan pintorescos como
Era lógico pensar que una editorial tan importante como esta no dudaría en lanzar su propia línea de superhéroes y no tardó mucho, concretamente en 1940 con Master Comics. En sus páginas personajes tan pintorescos como  Aquello era demasiado para National. No solo aquel personaje podía estar infringiendo sus derechos, cosa que no quedaba clara del todo, sino que estaba batiendo en todos los terrenos a su estrella y le estaba arrebatando una trozo muy importante del pastel. Nuevamente querían demostrar toda su fuerza en los tribunales, pero esta vez no iban a topar con unos novatos que editaban sus primeros tebeos. Fawcett era una gran editorial y no iba renunciar de buenas a primera de su gallina de los huevos de oro.  El departamento legal no iba a tardar en poner su maquinaria en funcionamiento y la primera demanda iba a llegar inmediatamente, concretamente en 1941. Pero se tardaría 7 años en llegar a juicio, periodo en el que ambas editoriales intentaron varios  intentos de negociación que resultaron ser todos infractuosos, ya que mientras más vendía el personaje, mientras más apariciones hacía él y su familia en otros tebeos, menos quería Fawcett llegar a ningún tipo de acuerdo que implicara la desaparición del personaje. Curiosamente, durante este periodo de tiempo, los comics de Superman fueron copiando algunas de las características únicas de la serie del Capitán como la aparición de un Superman más juvenil, Superboy, o la conversión del archienemigo de Superman, Lex Luthor, en un loco científico calvo, como el Dr Sivana, la némesis del Capitan Marvel.
Aquello era demasiado para National. No solo aquel personaje podía estar infringiendo sus derechos, cosa que no quedaba clara del todo, sino que estaba batiendo en todos los terrenos a su estrella y le estaba arrebatando una trozo muy importante del pastel. Nuevamente querían demostrar toda su fuerza en los tribunales, pero esta vez no iban a topar con unos novatos que editaban sus primeros tebeos. Fawcett era una gran editorial y no iba renunciar de buenas a primera de su gallina de los huevos de oro.  El departamento legal no iba a tardar en poner su maquinaria en funcionamiento y la primera demanda iba a llegar inmediatamente, concretamente en 1941. Pero se tardaría 7 años en llegar a juicio, periodo en el que ambas editoriales intentaron varios  intentos de negociación que resultaron ser todos infractuosos, ya que mientras más vendía el personaje, mientras más apariciones hacía él y su familia en otros tebeos, menos quería Fawcett llegar a ningún tipo de acuerdo que implicara la desaparición del personaje. Curiosamente, durante este periodo de tiempo, los comics de Superman fueron copiando algunas de las características únicas de la serie del Capitán como la aparición de un Superman más juvenil, Superboy, o la conversión del archienemigo de Superman, Lex Luthor, en un loco científico calvo, como el Dr Sivana, la némesis del Capitan Marvel. En la década de los 60, los superhéroes de la Marvel de Stan Lee habían traido otra vez una bonanza ecónomica al sector del cómic. No era tan espectacular como la de la finales de los 30, la llamada edad dorada del cómic, por lo que se le llamo la edad de plata del cómic. Aún así, los cómics volvían a dar ingentes beneficios y Fawcett se sentía tentada a volver a intentarlo. Pero, aunque los derechos del Capitán Marvel seguían siendo suyos, se veían atados de pies a mano a publicarlo por el acuerdo judicial. En 1972, tras más de 20 años sin ser publicados, DC decidió comprarle los derechos a Fawcett y publicarlo bajo el titulo de Shazam. No podían publicarlo bajo el título de Capitán Marvel, porque la Marvel ya había creado a otro personaje con el mismo nombre y había publicado un cómic con el, por lo que el derecho de usarlo como título de portada le pertenecía. Pero la magia se había perdido en todos estos años que la colección había permanecido en el limbo y las ventas no acompañaros. Shazam cerró en el número 47, pero su historia no acabo ahí ya que DC lo fue reintegrando poco a poco en su universo superheroico, hasta convertirse en un compañero habitual de aventuras de Batman, Superman, o cualquier otro tipo con mallas de ese universo. De esta manera, el personaje que había sido acusado por plagio y cuya destrucción busco por medios judiciales DC, es actualmente uno de sus personajes pertenecientes a todo su panteón superhéroico y no es raro verle de vez en cuando pegándose a puñetazo limpio con Superman. A los guionistas les gusta rememorar la pelea que hubo entre editoriales de esta manera, convirtiéndose en un chiste privado. Pero la historia de los derechos del Capitán Marvel no acabo ahí, ya que a través de su publicación en Inglaterra causo otro tipo de problemas que llegan hasta nuestros días. Pero eso lo trataremos en un capitulo posterior.
En la década de los 60, los superhéroes de la Marvel de Stan Lee habían traido otra vez una bonanza ecónomica al sector del cómic. No era tan espectacular como la de la finales de los 30, la llamada edad dorada del cómic, por lo que se le llamo la edad de plata del cómic. Aún así, los cómics volvían a dar ingentes beneficios y Fawcett se sentía tentada a volver a intentarlo. Pero, aunque los derechos del Capitán Marvel seguían siendo suyos, se veían atados de pies a mano a publicarlo por el acuerdo judicial. En 1972, tras más de 20 años sin ser publicados, DC decidió comprarle los derechos a Fawcett y publicarlo bajo el titulo de Shazam. No podían publicarlo bajo el título de Capitán Marvel, porque la Marvel ya había creado a otro personaje con el mismo nombre y había publicado un cómic con el, por lo que el derecho de usarlo como título de portada le pertenecía. Pero la magia se había perdido en todos estos años que la colección había permanecido en el limbo y las ventas no acompañaros. Shazam cerró en el número 47, pero su historia no acabo ahí ya que DC lo fue reintegrando poco a poco en su universo superheroico, hasta convertirse en un compañero habitual de aventuras de Batman, Superman, o cualquier otro tipo con mallas de ese universo. De esta manera, el personaje que había sido acusado por plagio y cuya destrucción busco por medios judiciales DC, es actualmente uno de sus personajes pertenecientes a todo su panteón superhéroico y no es raro verle de vez en cuando pegándose a puñetazo limpio con Superman. A los guionistas les gusta rememorar la pelea que hubo entre editoriales de esta manera, convirtiéndose en un chiste privado. Pero la historia de los derechos del Capitán Marvel no acabo ahí, ya que a través de su publicación en Inglaterra causo otro tipo de problemas que llegan hasta nuestros días. Pero eso lo trataremos en un capitulo posterior. Jerry Siegel, sin la ayuda de su compañero Joe Shuster, había creado a Superboy como un Superman en su adolescencia que, aprovechándose de sus poderes gastaba bromas por doquier, como si fuera un malvado geniecillo. Presentó la idea a la editorial a finales de 1938, que fue rechazada sin más. En 1941 volvió a intentarlo con una historia completa del personaje, pero la idea fue rechazada porque los editores pensaron que no había mercado para personajes juveniles. Poco después, los compañeros del Capitán Marvel le quitaron la razón a esos astutos editores y así, en 1944, aprovechando que Siegel estaba muy lejos, sirviendo en filas, desempolvaron su vieja idea de un juvenil Superman, se olvidaron de su lado bromista y le convirtieron en un luchador adolescente contra el crimen. Incluso pensado que no tenían nada que esconder, le encargaron la primera historia al estudio de Joe y Jerry, por lo que, aunque Jerry estuviera lejos, seguramente fue totalmente consciente de lo que estaban publicando, pero no de que estaba entregado una de sus creaciones a la editorial. Sin embargo, poco a poco se fue dando cuenta de lo que estaba pasando, sobre todo porque habían cogido su creación, le habían quitado la parte que el consideraba más importante, la de bromista y lo habían convertido en algo demasiado infantil. No solo le robaban, sino que encima le ridiculizaban. La editorial hizo oídos sordos a  aquello y siguió adelante. Como
Jerry Siegel, sin la ayuda de su compañero Joe Shuster, había creado a Superboy como un Superman en su adolescencia que, aprovechándose de sus poderes gastaba bromas por doquier, como si fuera un malvado geniecillo. Presentó la idea a la editorial a finales de 1938, que fue rechazada sin más. En 1941 volvió a intentarlo con una historia completa del personaje, pero la idea fue rechazada porque los editores pensaron que no había mercado para personajes juveniles. Poco después, los compañeros del Capitán Marvel le quitaron la razón a esos astutos editores y así, en 1944, aprovechando que Siegel estaba muy lejos, sirviendo en filas, desempolvaron su vieja idea de un juvenil Superman, se olvidaron de su lado bromista y le convirtieron en un luchador adolescente contra el crimen. Incluso pensado que no tenían nada que esconder, le encargaron la primera historia al estudio de Joe y Jerry, por lo que, aunque Jerry estuviera lejos, seguramente fue totalmente consciente de lo que estaban publicando, pero no de que estaba entregado una de sus creaciones a la editorial. Sin embargo, poco a poco se fue dando cuenta de lo que estaba pasando, sobre todo porque habían cogido su creación, le habían quitado la parte que el consideraba más importante, la de bromista y lo habían convertido en algo demasiado infantil. No solo le robaban, sino que encima le ridiculizaban. La editorial hizo oídos sordos a  aquello y siguió adelante. Como  La anticipación de la familia Siegel en la presentación de la demanda se debía en parte al hecho de que DC había publicado una reimpresión del More Fun Comics #101, la primera aparición de Superboy, y habían puesto en los créditos de la misma que el guionista era alguien desconocido, cuando en el juicio de hace más de 50 años ya había quedado establecido que esa historia había sido creada a partir de la presentada por Jerry Siegel unos años antes y como tal debería haber acreditado como artífice de la misma. En agosto de 2004, a solo unos meses de cumplirse la fecha limite, los abogados de la DC enviaron una carta a los Siegel en la que negaban la autoridad de la familia para poder recuperar esos derechos y por lo tanto pondría todos los medios a su alcance para impedir cualquier uso del personaje por su parte. Así mismo indicaban que ellos seguirían explotando al personaje como creyeran conveniente. Por último, amenazaban de una forma bastante cruel con retirar la pensión de viudedad de la mujer de Jerry Siegel, ya que el acuerdo firmado en 1975 por su marido incluía algún tipo de clausula en el que le seria retirada la pensión a su viuda si esta intentaba hacerse por cualquier medio con los derechos de Superman. ¡Pero eso no debería incluir a Superboy, ya que como se estipulo hace muchos años, eran creaciones totalmente diferentes!
La anticipación de la familia Siegel en la presentación de la demanda se debía en parte al hecho de que DC había publicado una reimpresión del More Fun Comics #101, la primera aparición de Superboy, y habían puesto en los créditos de la misma que el guionista era alguien desconocido, cuando en el juicio de hace más de 50 años ya había quedado establecido que esa historia había sido creada a partir de la presentada por Jerry Siegel unos años antes y como tal debería haber acreditado como artífice de la misma. En agosto de 2004, a solo unos meses de cumplirse la fecha limite, los abogados de la DC enviaron una carta a los Siegel en la que negaban la autoridad de la familia para poder recuperar esos derechos y por lo tanto pondría todos los medios a su alcance para impedir cualquier uso del personaje por su parte. Así mismo indicaban que ellos seguirían explotando al personaje como creyeran conveniente. Por último, amenazaban de una forma bastante cruel con retirar la pensión de viudedad de la mujer de Jerry Siegel, ya que el acuerdo firmado en 1975 por su marido incluía algún tipo de clausula en el que le seria retirada la pensión a su viuda si esta intentaba hacerse por cualquier medio con los derechos de Superman. ¡Pero eso no debería incluir a Superboy, ya que como se estipulo hace muchos años, eran creaciones totalmente diferentes!  Habíamos dejado a los herederos Siegel y a DC peleándose en un tribunal por los derechos de Superboy. Es 2006 y un juez acababa de concederle a los Siegel los derechos del personaje. Por supuesto, DC apelaría la decisión y en un giro brutal de los acontecimientos, en 2007 otro juez de repente se inclino totalmente a las tesis de la editorial...
Habíamos dejado a los herederos Siegel y a DC peleándose en un tribunal por los derechos de Superboy. Es 2006 y un juez acababa de concederle a los Siegel los derechos del personaje. Por supuesto, DC apelaría la decisión y en un giro brutal de los acontecimientos, en 2007 otro juez de repente se inclino totalmente a las tesis de la editorial... L. Miller & sons era una editorial británica que entre otras cosas, tenía la licencia para publicar en el Reino Unido el material de la Fawcett, cosa que hizo más o menos desde 1942. Llegó a publicar más de 20 títulos de la editorial y el formato escogido para todos ellos era portada a color con interiores a blanco y negro. Vamos, que no hemos inventado nada aquí. De entre todas las colecciones que publicaron una destaco por encima de todas, el Capitán Marvel, que se convirtió en un gran éxito para la editorial, su particular gallina de los huevos de oro. Pero algo pasaba al otro lado de los mares, concretamente
L. Miller & sons era una editorial británica que entre otras cosas, tenía la licencia para publicar en el Reino Unido el material de la Fawcett, cosa que hizo más o menos desde 1942. Llegó a publicar más de 20 títulos de la editorial y el formato escogido para todos ellos era portada a color con interiores a blanco y negro. Vamos, que no hemos inventado nada aquí. De entre todas las colecciones que publicaron una destaco por encima de todas, el Capitán Marvel, que se convirtió en un gran éxito para la editorial, su particular gallina de los huevos de oro. Pero algo pasaba al otro lado de los mares, concretamente  Es 1982, un editor britanico llamado Dezz Skin, que anteriormente formaba parte de Marvel UK y editaba una cosa llamada
Es 1982, un editor britanico llamado Dezz Skin, que anteriormente formaba parte de Marvel UK y editaba una cosa llamada   En  1985
En  1985 No hay ninguna duda que la propiedad del personaje debe pertenecer a su autor o a la editorial que lo edita dependiendo de que tipo de contrato draconiano haya firmado. Esto es por un lado Mike Anglo, creador del personaje y por otro L. Miller & Son. No se tiene exactamente claro quien de los dos es dueño legitimo del personaje ya que se desconoce que se firmó y como, pero Anglo siempre ha reclamado la propiedad del personaje  e incluso alguno de los tebeos tenían un "© Mick Anglo". Para simplificar las cosas y debido a que ni Miller ni Alan Class (la editorial que compró el material de Miller & Son cuando esta quebró) han reclamado jamas nada sobre el personaje, vamos a otorgar la propiedad a Anglo, que a fin de cuentas es quien más se la merece y es su legitimo creador. Así que Marvelman pertenece a Michael Anglo... en teoría.
No hay ninguna duda que la propiedad del personaje debe pertenecer a su autor o a la editorial que lo edita dependiendo de que tipo de contrato draconiano haya firmado. Esto es por un lado Mike Anglo, creador del personaje y por otro L. Miller & Son. No se tiene exactamente claro quien de los dos es dueño legitimo del personaje ya que se desconoce que se firmó y como, pero Anglo siempre ha reclamado la propiedad del personaje  e incluso alguno de los tebeos tenían un "© Mick Anglo". Para simplificar las cosas y debido a que ni Miller ni Alan Class (la editorial que compró el material de Miller & Son cuando esta quebró) han reclamado jamas nada sobre el personaje, vamos a otorgar la propiedad a Anglo, que a fin de cuentas es quien más se la merece y es su legitimo creador. Así que Marvelman pertenece a Michael Anglo... en teoría. Pero no, no acaba ahí la cosa ya que Eclipse licencia al personaje para su publicación en América. ¿Y a quién se lo compra? Pues a Skin, evidentemente. Eclipse piensa en todo momento que ha comprado el personaje a sus legitimos dueños, por eso Alan Moore colabora tranquilamente con ellos ya que la editorial era una firme defensora de los derechos de autor. En todo esto Alan Davis, enfadado con Moore y queriendo desligarse totalmente del personaje, entrega su parte a Gary Leach, que se convierte en dueño mayoritario del personaje (si esto fuera posible, que no estamos hablando de una empresa). Cuando Moore termina su etapa en Eclipse y es sustituido por Gaiman, decide regalarle su 30% a este ultimo, que a su vez decide partirlo en dos y darle la mitad al dibujante de aquella época, Mark Buckingham. Resumamos para no perdernos, antes de 1994 el personaje supuestamente pertenece a Eclipse, Gary Leach, Neil Gaiman y Mark Buckingham, aunque toda la bibliografía que estoy encontrado atribuye a Gaiman el derecho a hacer lo que quiera con él (y el resto a cobrar su parte, claro). La cosa podría haber seguido durante algún tiempo pero ese mismo año Eclipse quiebra y el tema entra en un extraño limbo legal. Si quieres publicar el personaje, ¿a quién le compras los derechos? ¿A Eclipse o a Gaiman?
Pero no, no acaba ahí la cosa ya que Eclipse licencia al personaje para su publicación en América. ¿Y a quién se lo compra? Pues a Skin, evidentemente. Eclipse piensa en todo momento que ha comprado el personaje a sus legitimos dueños, por eso Alan Moore colabora tranquilamente con ellos ya que la editorial era una firme defensora de los derechos de autor. En todo esto Alan Davis, enfadado con Moore y queriendo desligarse totalmente del personaje, entrega su parte a Gary Leach, que se convierte en dueño mayoritario del personaje (si esto fuera posible, que no estamos hablando de una empresa). Cuando Moore termina su etapa en Eclipse y es sustituido por Gaiman, decide regalarle su 30% a este ultimo, que a su vez decide partirlo en dos y darle la mitad al dibujante de aquella época, Mark Buckingham. Resumamos para no perdernos, antes de 1994 el personaje supuestamente pertenece a Eclipse, Gary Leach, Neil Gaiman y Mark Buckingham, aunque toda la bibliografía que estoy encontrado atribuye a Gaiman el derecho a hacer lo que quiera con él (y el resto a cobrar su parte, claro). La cosa podría haber seguido durante algún tiempo pero ese mismo año Eclipse quiebra y el tema entra en un extraño limbo legal. Si quieres publicar el personaje, ¿a quién le compras los derechos? ¿A Eclipse o a Gaiman?    Antes de seguir con nuestra historia tenemos que dar un pequeño rodeo y remontarnos al año 1992, cuando se publican los primeros números de Spawn. McFarlane y compañía han abandonado Marvel y están triunfando en Image. Aunque las ventas no pueden compararse a las de los títulos marvelianos, el hecho de que todos los beneficios vayan directamente a los autores hacen que estos naden en dinero. Para dar prestigio a su serie o simplemente porque le apetecía McFarlane contrata a cuatro grandes figuras para que le escriban un número cada uno: Alan Moore, Neil Gaiman, Dave Sim y Frank Miller. La calidad final no es nada del otro mundo aunque elevan bastante la media de la colección. En particular destacar el numero de Dave Sim, donde hace aparición su Cerebus y que se podía considerar toda una oda a favor de los derechos de autor.
Antes de seguir con nuestra historia tenemos que dar un pequeño rodeo y remontarnos al año 1992, cuando se publican los primeros números de Spawn. McFarlane y compañía han abandonado Marvel y están triunfando en Image. Aunque las ventas no pueden compararse a las de los títulos marvelianos, el hecho de que todos los beneficios vayan directamente a los autores hacen que estos naden en dinero. Para dar prestigio a su serie o simplemente porque le apetecía McFarlane contrata a cuatro grandes figuras para que le escriban un número cada uno: Alan Moore, Neil Gaiman, Dave Sim y Frank Miller. La calidad final no es nada del otro mundo aunque elevan bastante la media de la colección. En particular destacar el numero de Dave Sim, donde hace aparición su Cerebus y que se podía considerar toda una oda a favor de los derechos de autor.  McFarlane tiene pasta para tirar y regalar por lo que no le importa ir juicio tras juicio y plantar todo un ejercito de abogados delante de un tribunal. Sin embargo Gaiman, que aunque también tiene sus ahorrillos no puede permitirse ir a juicio de una manera tan alegre y encuentra un inesperado aliado: Joe Quesada, que esta como loco porque le haga lo que sea para Marvel. Para ello Gaiman funda "Marvels and Miracles LLC", cuyo función principal y única sera aclarar de una vez por todas a quien le pertenece el personaje. La financiación vendrá de los tebeos que haga para Marvel, cuyos beneficios irán destinados totalmente a este empresa. Así es como nace 1602, un tebeo con buenas ideas pero de calidad bastante dudosa que se vende maravillosamente bien. En la dedicatoria Gaiman gasta una broma de las suyas " Dedicado a Stan Lee, Jack Kirby y Steve Ditko, con infinita admiración [...] Y, por supuesto a Todd, por hacerlo necesario" Esta claro que el interés de Quesada en todo esto aparte de poner el nombre de Gaiman en sus tebeos es poder publicar un Alan Moore dentro de su compañía, ya que lleva años dorándole la píldora de manera muy sutil.
McFarlane tiene pasta para tirar y regalar por lo que no le importa ir juicio tras juicio y plantar todo un ejercito de abogados delante de un tribunal. Sin embargo Gaiman, que aunque también tiene sus ahorrillos no puede permitirse ir a juicio de una manera tan alegre y encuentra un inesperado aliado: Joe Quesada, que esta como loco porque le haga lo que sea para Marvel. Para ello Gaiman funda "Marvels and Miracles LLC", cuyo función principal y única sera aclarar de una vez por todas a quien le pertenece el personaje. La financiación vendrá de los tebeos que haga para Marvel, cuyos beneficios irán destinados totalmente a este empresa. Así es como nace 1602, un tebeo con buenas ideas pero de calidad bastante dudosa que se vende maravillosamente bien. En la dedicatoria Gaiman gasta una broma de las suyas " Dedicado a Stan Lee, Jack Kirby y Steve Ditko, con infinita admiración [...] Y, por supuesto a Todd, por hacerlo necesario" Esta claro que el interés de Quesada en todo esto aparte de poner el nombre de Gaiman en sus tebeos es poder publicar un Alan Moore dentro de su compañía, ya que lleva años dorándole la píldora de manera muy sutil.  Antes de encaminarnos hacia la resolución final, un pequeño desvio para contar varias de las anécdotas que rodearon esta batalla entre los dos autores.
Antes de encaminarnos hacia la resolución final, un pequeño desvio para contar varias de las anécdotas que rodearon esta batalla entre los dos autores. Y llegamos al final de nuestra historia... ¿¿¿¡¡¡Pero quién tiene los derechos!!!??? Pues al parecer Marvel. En la última Comic Con
Y llegamos al final de nuestra historia... ¿¿¿¡¡¡Pero quién tiene los derechos!!!??? Pues al parecer Marvel. En la última Comic Con 
 
 