Mayo 04, 2006

De amateuristas que no llegan a mileuristas

Hace unos días me pidieron vía messenger que hablará del nivel de amateurismo que domina a nuestras editoriales hispanas. Concretamente me señalaron varios artículos de la web de Planeta con sus correspondientes errores y me dijeron "pero tío, ¿ tú has visto esto ?"

En la revista Ladinamo acaban de publicar un artículo sobre nuestra blogosfera particular, la de los tebeos:. Particularmente me resulta muy curioso que haya escogido de este blog un párrafo que escribí para conmemorar el segundo aniversario de esta bitácora y que hablaba de mi condición de aficionado. Eso es, no hace falta rascar demasiado para descubrir la cantidad de aficionados que pueblan nuestras filas. Prácticamente el 99,99% de los que hablamos o escribimos sobre tebeos somos unos completos aficionados. Es natural, para saber de tebeos simplemente hay que leer tebeos, no hay más truco. Luego el tema depende de la cultura de cada uno, de los estudios que tenga, de lo interesado que esté por aprender, pero la base es ésa, ponerse a leer tebeos hasta quedarse ciego.

Así, las editoriales que necesitan gente para editar tebeos tienen dos elecciones diferentes: gente con experiencia en el mundo editorial que no sabe nada de tebeos o gente que sabe mucho de tebeos pero nada del mundo editorial. Evidentemente con el tiempo la persona elegida reúne las dos cualidades, pero al principio sólo puedes tener una y elijas lo que elijas, la elección es un riesgo, porque ser experto en cualquiera de los dos alternativas no te faculta para editar tebeos correctamente. A lo mejor lo haces bien, a lo mejor lo haces mal, quién sabe, a ver si hay suerte. Total, que los que se manejan en el mundo editorial al final necesitan a los que saben de tebeos para poder hacer su trabajo bien, por lo que tarde o temprano tienes que fichar al amateur.

Es un hecho inevitable así que no hay que asustarse por ello. Los fans de hoy serán los profesionales del mañana... para el carro. La palabra profesional es lo importante. A nosotros los lectores de cómics nos gusta referirnos con esa palabra a la cuarta y quinta acepción del DRAE:

4. adj. Hecho por profesionales y no por aficionados.
5. com. Persona que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación.


Cuando en realidad a lo que deberíamos dar importancia es a la tercera acepción:

3. adj. Dicho de una persona: Que practica habitualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive.

De la cual vive, ésa es la clave, vivir de esa actividad. ¿ Quién vive hoy en día del tebeo en nuestro país ? Pues unos cuantos, claro, que los tebeos dan pasta. Cambiemos la pregunta: ¿ cuánta gente que trabaja en los tebeos vive de ellos ? Pues aquí es donde la cifra empieza a bajar y nos encontramos con mucha gente que casi colabora de manera altruista si miramos las cantidades que cobra. O centrándonos en el tema de la entradilla, ¿ cómo pretendes que alguien te escriba un buen artículo si tendría que escribir unos 100 al mes para poder comer decentemente ? Pues eso es lo que pasa, que si eres sólo articulista lo haces por hobby, pero si quieres ganar dinero decente pues tienes que dedicarte a otros menesteres editoriales como traducir, packagear, etc. Debe aumentar su volumen de trabajo hasta unos niveles que prácticamente le hacen cometer algún que otro error de vez en cuando porque el día no tiene 48 horas.

Los artículos del universo DC (e incluso los de otros universos) que aparecen en la web de Planeta se han convertido en un divertido entretenimiento para un aficionado de toda la vida. Unos más, otros menos, pero la gran mayoría contiene errores de bulto en la historia de los personajes. Es culpa de quien lo ha escrito, culpa de quien lo ha supervisado, culpa de quien lo ha maquetado, es culpa de todos y de ninguno, porque al final todos echan la culpa a otro. Muchas veces suspiro y me quedo con la sensación de ¿ y qué más quieres ? Si al que ha escrito el artículo, le pagaran decentemente quizá tendría más tiempo para revisarlo, podría tomárselo más en serio y cometer menos errores. Lo mismo para la persona que está encima de él, etc., etc.

No quito las culpas a nadie, el primer culpable del error es la persona que lo ha cometido. Lo que pasa es que exigimos a nuestros profesionales, que no aficionados, que ejerzan su profesión con relevante capacidad y aplicación pero no les exigimos que vivan de ello. Y eso es nuestro error, que si no viven de ello, por muy profesionales que se quieran creer, por mucho que presuman de trabajar para editoriales seguirán siendo aficionados. Así que, ¿ qué podemos esperar de un puñado de aficionados ? Pues un trabajo a la altura de un aficionado, ni más ni menos.

Escrito por Pedro en: Mayo 4, 2006 05:47 PM | Comentarios (38) | TrackBack (0)

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