Giffen y DeMatteis, siempre en forma
No todo van a ser malas noticias y pésimas colecciones en DC. De vez en cuando suena la flauta por casualidad, o más bien dejan mano libre a buenos autores y pasa lo que pasa, que hacen cómica como deben de ser.
Justice League 3000
En el siglo XXXI, los gemelos maravilla han decidido clonar a la mítica Liga de la Justicia para que les ayuden contra una serie de poderosos enemigos que amenazan su futuro. El problema es que el proceso de clonación esta muy lejos de ser perfecto y los resultados están muy lejos de lo que debería ser deseable. La nueva Liga de la Justicia solo se parece a la anterior en cuerpo, pero no en alma. Con la memoria fragmentada y sus poderes bastante mermados, esta nueva Liga es solo una pálida sombra de la anterior, ¿cómo sera capaz de enfrentarse a los villanos que tienen aterrorizada a toda la galaxia?
Aunque las fechas coincidan, el futuro que nos muestran en esta colección no tiene nada que ver con el de la Legión de Superheroes, aunque bueno, leído un futuro de DC, leídos todos. Lo importante aquí es la Liga, o esos personajes que se parecen un poco pero en realidad tampoco tienen mucho que ver, ya que su comportamiento es errático por llamarlo de alguna manera. Se mueven entre la estupidez, la arrogancia, la egolatría y el narcisismo. Y sus poderes están bastante mermados. Así que esta Liga en realidad es un grupo de cretinos inadaptados que ni tienen un lugar en el mundo ni un objetivo en la vida. Y para colmo no hacen más que meterse los unos con los otros porque se odian a muerte.
Contado así parece que la colección va a ser el típico festival de puyas entre personajes a los que nos tienen acostumbrado los guionistas en anteriores colecciones. Y así es como comienza, pero no tardan mucho en enfrentarlos a los seres que pueblan este futuro y la cosa cambia ya que los enemigos a los que se enfrentan son demasiado poderosos y bastante sádicos. Es como pasar de las risas al más puro terror en unos segundos. Es sobrecogedor.
A los lapices de esta colección se encuentra un Howard Porter que esta años luz de aquel que acompañaba a Morrison en sus días de la Liga de la Justicia. Ha evolucionado mucho desde entonces y ha logrado crear una versión de la Liga que aunque en esencia es la misma, tiene unos ligeros retoques que la hacen totalmente suya, resultando mucho más interesante que lo que hizo Jim Lee al principio de los Nuevos 52. Este Porter ha mejorado una barbaridad con el paso de los años, es una gozada contemplar sus dibujos.
Una serie interesantisima y con los autores en plena forma, lejos de injerencias editoriales y con un futuro totalmente desconocido y aterrados. Recomendadisima.
Larfleeze
Este Larfleeze es el odioso Linterna Naranja cuyo característica principal es la avaricia por encima de todo. Es uno de los seres más despreciables de toda la galaxia y su objetivo en la vida es tenerlo todo. En esta ocasión, incluso tiene un mayordomo al que se dedicara a humillar en todo momento. La vida de este ser es un asco, pero es su vida y el la adora, el problema viene cuando se cruza en medio de la vida de unos extraños seres intergalácticos que parece estar metidos en una guerra interna. Porque al lado de estos seres el poder de los anillos no vale nada y eso es algo con que nuestro protagonista no puede soportar, sobre todo cuando le roban a su mayordomo.
A diferencia de la serie anterior, esta sí que tiene el toque cómico lleno de diálogos ingeniosos marca de la casa. La relación entre Larfleeze y su criado es muy parecida a la de Manga Khan y L-Ron, con esos soliloquios interminables y esas respuestas ácidas e ingeniosas. Hay mucha cachondeo, pero sobre todo hay mucha mala leche. La mayoría de personajes de la colección son bastante odiosos e insoportables y se dedican a putearse los unos a los otros.
Pero por suerte, hay una trama bastante interesante que va más allá del dialogo gracioso. Los seres cósmicos que han creado para esta colección son de una categoría bastante superior a la que estamos acostumbrados, prácticamente transcienden el universo DC. Son como una versión retorcida de los Eternos del Sandman, una versión bastante perturbadora.
En esa ocasión, los lapices son de Scott Kolins, que lleva años maravillándonos y haciendo un trabajo descomunal en todas las series en las que suele trabajar. Aquí como siempre esta a una altura excepcional y da gusto ver cada una de sus páginas, una maravilla.
En resumen, un Giffen y DeMatteis clásico, de los de toda la vida, de los del cachondeo malsano y aventuras más grandes que la vida. Una serie muy entretenida y de interesante lectura.
Cuando estos dos se unen y en la editorial les dejan hacer lo que ellos quieren, nacen maravillas de sus ideas. A ver cuanto tiempo tardan en cancelar estas dos series, porque lo bueno en DC, si bueno Didio te lo cancela.