Expocomic 2014
Expocomic ha sido otro año lo mismo de siempre. Quien ya ha estado en anteriores ediciones ya sabe como va más o menos la cosa y poco hay que contarle. Al que aún no lo ha pisado pues creo que se lo puede imaginar: unos cuantos puestos de comics, otros tantos de merchadising variados (en especial camisetas), unas exposiciones bastantes bonitas y unos cuantos actos y presentaciones de todo tipo para ir pasando el rato. Lo que es un salón estándar de toda la vida.
Este es el primer año en que el Expocomic no se ha celebrado en jueves y ha batido récord de asistentes. ¿Causa y efecto? No, la verdad es que no creo. Seguramente se hubiera batido igual con jueves o sin él ya que la asistencia de ese día siempre ha sido marginal. Al final supongo que todos habrán visto bien el ahorro de costes que supone alquilar el stand un día menos. Ya hablamos de esto en el último post y no voy a incidir más en el tema, solo decir que el año que viene tampoco habrá jueves y no creo que nadie lo eche de menos.
En cuanto al salón pues ha estado como siempre, en líneas generales bien y en momentos puntuales muy bien. Con algún que otro fallito, pero, como ya nos tienen acostumbrados, los menos, que la organización ya esta muy rodada en este tipo de eventos. A mi lo que me ha agradado de verdad, aunque eso suponga darme de lado, es que el salón se intenta abrir cada vez más a todo tipo de público. He visto jóvenes y viejos, niños y grandes, pequeñas y mayores, y todos parecían estar pasando un rato al menos agradable. Quien se quiere disfrazar se disfraza, quien solo quiere ir a comprar, compra, y quien quiere ver un poco la fauna del lugar pues también lo disfruta. Lo que cada vez se ve menos son esos comiqueros sesudos que auguran el fin del mundillo el año que viene. Con alguno me tope que me vaticino que el salón estaba abocado a la desaparición. Si no fuera porque me lo proclamo con gran solemnidad pensaría que era el típico chiste entre comiqueros que solo saber vivir rodeados de desgracias ajenas.
Una de las aspiraciones de este salón, o al menos lo que teníamos en mente los que acudíamos a él, es que fuera el segundo más importante de España, intentado mirar cara a cara al de Barcelona. Este año me ha vuelto a reafirmar que esos tiempos han quedado ya muy lejos y ahora mismo ni sabría ubicar en que posición se encuentra este salón. No porque sea mejor o peor que el resto de eventos que se celebran sino porque hay tantos que me resulta imposible en pensar en algún tipo de clasificación. Es más, ¿tendría algún tipo de sentido? Los eventos centrados en el cómic se han convertido el algo totalmente habitual en nuestra piel de toro y son muy pocos los fines de semanas donde no se celebra algo aquí o allí. Los salones se han convertido en una especie de circo que van visitando cada semana una población diferente y donde los lugareños del lugar acuden encantados a ver tanto a las fieras como a los payasos. Porque el cómic tiene que moverse en esos extremos, en gente muy seria que analiza hasta la extenuación la más insignificante viñeta, hasta jovencitos despreocupados que solo quieren pasar un buen rato simulando un duelo a espadas. Madrid y Barcelona son las pistas más grandes, pero hay decenas más pequeñitas en multitud de ciudades y todas tienen sus cositas maravillosas.
No quería terminar esta pequeña crónica del salón sin olvidarme de las dos exposiciones que me han hecho los ojos chiribitas. La de Mujeres de tinta que me ha parecido excelente y me ha permitido conocer algún gran talento del que no tenía noticia. Y la de Flash Gordon, donde una gran cantidad de autores de todo tipo plasmaba su particular visión del personaje y que me ha parecido una de las mejores que he visto en todos estos años. Había autenticas obras maestras en esa exposición y he echado mucho de menos que no se vendiera algún tipo de catalogo con todas las obras para habérmelo podido llevar a casa. Suspiro.
Un año Expocomic ha sido ese viejo amigo que esta esperándote con los brazos abiertos a recibirte. Con mucho frío y con unas pocas de lluvias, pero siempre con un cálido ambiente. Otra edición más. Otro buen rato entre amigos.