Editores de la DC: Julius Schwartz
Tras los primeros titubeos, el éxito de Superman y Batman, la que más tarde se convertiría en DC cómics, necesitaba a gente experta que pudiera dar salida a la gran cantidad de títulos que el mercado demandaba. Y Julius Schwartz iba a entrar en la compañía para marcar un antes y un después en la misma.
A Julius Schwartz le encantaba la ciencia ficción. Era un incansable devorador de todas las novelas pulp de esa temática que caían en sus manos, se carteaba con otros aficionados y no hacía otra cosa que pensar en cohetes, seres del espacio y bellas amazonas. No es por eso extraño que en 1931, con 16 años de edad, se montara un fanzine llamado Time Traveler, junto con otro joven aficionado llamado Mort Weisinger, que sera el protagonista del siguiente post. Lo del fanzine hoy en día no suena nada extraordinario, cualquier chavalito insensato con suficiente tiempo libre se puede montar el suyo propio, pero es que entonces eso era algo novedoso. No era UN fanzine, sino EL fanzine, ya que entonces no había ninguno más. Aquello animo a los dos jóvenes a seguir adelante y a montar una agencia literaria para representar a escritores de ciencia ficción. El fanzine les estaba poco a poco abriendo un hueco en el mundillo (por usar alguna palabra, ya que realmente no había mundillo) y con mucho oficio lograron convencer a gente como H.P. Lovecraft o Robert Heinlein para, como sus representantes, vender una de sus historias. También fueron los primeros agentes de escritores tales como Alfred Bester y Ray Bradbury.
Pero aunque la agencia no iba mal, no pasaba de ser un trabajo de aficionados, por lo que Julius no dudo en acudir a una entrevista de trabajo en All-American Publications. Bester, que en ese momento se encontraba escribiendo Green Lantern, le conto a Julius que Sheldom Meyer estaba buscando desesperadamente un asistente y le animo a presentarse al puesto. Hasta ese momento, jamás había leído un cómic en toda su vida y aprovechó el viaje en metro hasta las oficinas de la editorial para echarle un vistazo a unos cuantos. La verdad es que a Meyer aquello no le importo lo más mínimo y no tuvo muchos problemas en contratarle ya que Julius parecía saber bastante sobre como escribir historias y en ese momento, en el que el trabajo les desbordaba por los cuatro costados, era justo lo que necesitaban. Era 1944, en plena edad de oro, y en la primigenia DC acababan a contratar a una de las personas más importantes de toda su historia y de la del cómic americano.
Su primer trabajo en la compañía consistió en hacerse cargo de las colecciones menores de la casa, All Star Comics, Green Lantern, Flash y Sensation Comics. Había que sacar muchos tebeos al mes para aprovechar el momentum generado por Superman y Batman y se necesitaba a alguien que pudiera tirar al carro, que pudiera coordinar aquello y Schwartz era el hombre perfecto para aquello. No solo se encargaba de supervisar el trabajo del los guonistas y vigilaba que cumplieran las fechas de entrega, sino que les proporcionaba todo tipo de ideas, discutía los argumentos, sugería todo tipo de cambios que pudieran beneficiar a la historia y se involucraba totalmente en el desarrollo del cómic. No era solo un simple editor que se encargaba de tener los tebeos a tiempo y nada más, era responsable de un tanto por ciento de la parte creativa, era parte de ellos.
El problema es que Julius llegó justo cuando los superhéroes estaban a punto de iniciar su gran descenso de ventas. La segunda guerra mundial había generado unas ventas magnificas, pero una vez acabada la gente parecía estar cansado de todo aquello que estuviera relacionada con ella y los tipos en malla habían sido parte integral de la guerra. Así que tocaba haces cambios y a Julius no le costo nada moverse como pez en el agua entre géneros. Aparte de publicar historias de vaqueros también aprovecho para editar tebeos de ciencia ficción como Strange Adventures o Mistery in Space, era su genero, lo que más adoraba. Pero las ventas eran muy variables, no había ningún éxito seguro, la edad de oro había pasado y no parecía que fueran a volver. Hasta que a Julius le asignaron la edición de los Showcase.
En DC habían decidido que lanzarse a crear colecciones nuevas como locos era demasiado arriesgado para las cifras de venta que se manejaba en la época (las más bajas de las historia) y por eso lanzaron los Showcase, una colección un poco cajón de sastre en el que ir presentado nuevos personajes en historias cortas para ver si alguno de ellos triunfaba entre el público. Tras tres números, y viendo que la cosa no lograba despegar, Julius intento hacer algo completamente diferente e inesperado: revivir a uno de los personajes de la edad de oro, Flash. En DC aquello no gusto un pelo ya que aquella colección se había hundido en ventas unos años antes (como todas, vamos). Pero Julius lo tenía muy claro, y argumento que había toda una generación de nuevos lectores que no conocían al personaje para nada y que se sentirían atraídos si las cosas se hacían de la manera correcta, así que a regañadientes sus jefes aceptaron y le dejaron intentar aquella locura.
Julius se junto con uno de los editores de la casa, Robert Khaniger, y entre los dos se pusieron a dar vueltas a la manera ideal de relanzar al personaje. Para empezar, tenía que ser una nueva persona la que llevara el traje y su origén tendría que cambiar tendría que tener un tono más científico (bueno, visto con los ojos de ahora, aquello de científico tenía poco). Una vez establecido el tono, solo necesitaban encontrar el artista adecuado. El dibujante favorito en ese momento de Julius era uno de los de la casa, Carmine Infantino, al que le encargó que rediseñara el traje para adaptarlo a los tiempos modernos. El debut de Barry Allen como el nuevo Flash se produjo en el Showcase 4, y aquello fue otro momento histórico para el cómic de superhéroes, el inicio de la edad de plata.
Las ventas fueron espectaculares, magnificas, hacía años que no se veia nada igual. «¿Qué es lo siguiente que publicaras ?» Green Lantern, dijo nuestro editor y tras un proceso similar, otro gran éxito. «¿Y ahora que hacemos, que se te ocurre ahora Julius?» Juntemos a nuestros «nuevos» superhéroes en la Sociedad de la Justicia. Pero no le gustaba la palabra sociedad, suena como si aquello fuera un club social. Llamémosle mejor Liga de la Justicia. Y no hace falta contar lo que paso. Bueno, sí, hace falta contar una leyenda urbana en la cual, Irwin Donenfeld, hijo de Harry y actual dueño de la compañía jugaba de vez en cuando al golf con un tal Martin Goodman que era el propietario de una empresa llamada Marvel Comics. Donenfeld le contaba como estaba nadando en dinero con la Liga de la Justicia y Goodman salio corriendo a pedirle Stan Lee que publicaran su propio equipo superheroico. Como ya he dicho es una leyenda urbana y según donde se lea, unos lo niegan y otros no. Lo que sí cuenta Stan es que Goodman se había fijado en que un título de la competencia tenía unas cifras de venta extraordinarias y que le encargó el trabajo, el resto es historia.
Lo que sí esta claro es que aquellos movimientos de Julius condujeron a toda una revitalización del género y a que se impusiera una supremacía del genero superheroico entre todos los que en aquel momento poblaban los cómics. Sin él, las cosas hubieran sido muy diferentes y ni siquiera sabemos si, sin aquel empujon, los comics en los USA hubieran sobrevivido por mucho más tiempo.
Sigamos con la historia. El siguiente encargo importante de Julius fue revitalizar las ventas de Batman, que en 1964 se arrastraban por el fango. En los últimos años no se les había ocurrido otra cosa que introducir personajes como Batmito o Batwoman (con su bolso) en un intento de copiar a la superfamilia, a la vez que contaban historias en las que Batman viajaba al futuro y se enfrentaba con extraterrestes. En DC se estaban planteado matar directamente al personaje hasta que se lo dieron a Julius que cambio gradualmente la orientación de la colección. Las historias volvieron a lo que tenían que ser, historias detectivas de lucha contra el crimen, la batfamilia desapareció totalmente e incluso Alfred fue asesinado y sustituido por Tia Harriet (lo sé, nadie es perfecto). Nuevamente contó con Infantino para rediseñar al personaje y todos sus gadgets y aquello volvió otra vez a la vida. Pero aquí es cuando la serie de televisión entro en las vidas de todos como un elefante en una cacharrería. No solo los productores exigieron devolver a Alfred a la vida, sino que el éxito de la serie obliga a cambiar todo lo bueno que hizo Julius en la serie, convirtiendo la serie en una estúpida parodia camp de si misma. No fue hasta que la serie fue cancelada y las ventas volvieron a bajar, que Dennis o’Neil y Neal Adams volvieron a convertir al personaje en lo que hoy conocemos hoy en día.
En 1970, cuando su amigo y compañero Mort Weisinger se retiró, Julius paso a ocupar los títulos de Superman. Nuevamente, intento conducir al personaje en otro dirección, por un lado alejando a Clark del Planet y pasandolo a la televisión y por el otro reduciendo los poderes de Superman para hacerlo menos omnipotente a la vez que intento que los guonista usaran la kriptonita lo menos posible, ya que estaba totalmente sobrexplotada en aquel entonces. No le dejaron hacer muchos cambios la verdad, por un lado porque Superman era el niño mimado de la casa y por otro porque nuevamente una película iba a entrar en la vida de la colección y a cambiar el rumbo de la misma. Su periodo en la serie duro hasta su jubilación, en 1985, justo el mismo año en que se acabaron las historias del Superman de la edad de plata.
No es necesario decir que Julius estuvo trabajando duramente toda su carrera no solo en los títulos mencionados en los anteriores párrafos, sino en muchísimos más de la casa, siendo un editor para todo y para todos. Incluso tras su jubilación estuvo bastante involucrado en el mundo editorial, asistiendo a convenciones y estando al tanto de todo que lo ocurría en el mundillo. DC le concedió el titulo de Editor Emeritus entre otros muchos, y era normal que incluso después de su retiro representara a la compañía en algunos actos. Aunque no fue exactamente un editor in chief como los que estamos tratando en esta serie de artículos, tendréis que coincidir conmigo en que la historia de los editores de la DC, Schwartz tiene méritos de sobra para aparecer como los más destacados ya que sin él, hoy todo esto seria muy diferente y seguramente mucho peor.
Julius murió hace pocos años, en 2004, siendo una de las figuras más queridas y recordadas por todo el mundo. No tuvo prácticamente ningún problema con nadie y era una de las caras más amables que te podías encontrar en el negocio. Por si quereis echarle un vistazo, su biografía se títula «Man of Two Worlds: My Life in Science Fiction and Comics» y en ella os encontrareis historias como aquella vez en la que uno de los títulos que editaba, Strange Adventures, había tenido un importante pico de ventas en un número en particular: tenía un gorila en la portada. No tenían muy claro si el gorila habido tenido algo que ver en aquello así que a propósito metieron a otro gorila en uno de los siguientes números, ¡y las ventas volvieron a subir! Así que todos los editores se volvieron locos y querían usar a sus propios gorilas en sus colecciones. Solo se estableció una condición a aquello: solo una portada al mes con gorila. Y ya sabéis la cantidad de personajes simiescos que pueblan el universo DC.
En cuanto al tema de su relación, todos conocemos aquello del acoso sexual que Colleen Doran afirmó sufrir a sus manos… cuando el hombre ya había muerto. A mí me encanta la DC de esa época y por tanto, su trabajo.
Muy buen post,Jotacé se sentirá orgulloso por el alza de ventas gracias a los gorilas, jejeje.
Jefe, revise el tercer párrafo que se le ha colado texto de más. Aparte de eso, un aplauso por esta serie de entradas.
Gracia inadaptado, ha sido un copypaste traicionero.
«y sustituido por Tia Harry»
Es tía Harriet.
Alfred Bester escribió el Green Lantern de la edad de oro? Madre mía de lo que se entera uno.
Anonimo, no solo Green Lantern, Bester también escribio alguna historia de Superman, Batman o el Capitán Marvel. El famoso juramento de los linterna verde es cosa suya.
Honor al iniciador de la Edad de plata
¡Queremos saber!
Trastocado estoy del origen de la leyenda de los gorilas.
¿Tanto influyó en la sociedad americana aquella portada que los gorilas y monos se han convertido en un chiste recurrente (véase los simpsons)?
Te lo estás currando de lo lindo, Pedro.
¡Que no decaiga!
Vamos, que Schwarzt fue una figura fundamental… y por lo que veo, uno de los grandes editores y figuras del mundillo…
Muy interesante el post, como todos los de esta serie, Pedro 😀
Uno de los grandes y sin su influencia DC no sería DC tras más de cuarenta años de trabajo ininterrumpido.
Como curiosidad, hizo varios cameos en algunos de los cómics de la casa.
Impacientes Saludos.
Curioso, Forrest Ackerman también empezó con fanzines y también digievolucionó a representante de escritores.
Y alguien que co-protagoniza aventuras del Ambush Bug solo puede ser GRANDE 😉
Estoy subiendo estos artículos de Pedro a mi web. Podéis verlos en
http://dreamers.com/universodc/clasicosdc/index.htm
La segunda parte viene con imágenes de Max Gaines y Sheldon Meyer. Querría poner también otras de Donefield o Liebowitz, pero no tengo ninguna. ¿Alguien que pueda echarme una mano?
Sobre la subida de ventas con monos en portada: por lo que he leído sobre la primera película de King Kong, creo que en algún sitio he leído que el éxito de esta película viene de que en aquella época había pocos gorilas en los Zoos, y por tanto el público quería verlos de cualquier modo.
Comprobad el dato por si acaso, pero si es cierto sería la leche.