Editores de la DC: Carmine Infantino
Pónganse firmes señores que hemos llegado a otro de los pilares fundamentales de la industria del cómic americano, Carmine Infantino, que además de ser un gran artista también fue editor de DC en un momento importante de su historia.
Carmine Infantino era otro más de esos chavales que habían crecido en plena Gran Depresión y que soñaban con salir de la pobreza gracias a su talento como dibujantes. Su primer trabaja en la industria fue como uno más de esos trabajadores que poblaban los «shops», una especie de estudio dirigidos por uno o varios artistas que contrataban a varios dibujantes para hacer de «negros» (que conste, que esto es una explicación muy simplificada. Dentro de unos días cuando hablemos de Eisner, lo explicare más en profundidad). En concreto para uno llamado Harry Chesler, que le ofreció un dolar al día casi como un favor, porque la experiencia de trabajar allí no tenía precio. Pero bueno, era lo normal en la época y lo que se estilaba. O entrabas en una de estas «shops» o no había manera de abrirse hueco en el negocio.
Poco a poco fue consiguiendo algo de trabajo aquí y alla, migajas más bien. Con la experiencia adquirida fue a las oficinas de Timely, la primigenia Marvel, junto con su amigo Frank Giacoia, que años más tarde adquiria cierta fama como entintados. Allí les entregaron un guión llamado Jack Frost que Frank dibujó y Carmine entinto y que fue publicado sin ningún problema. El editor de aquel entonces Joe Simon, decidió ofrecerle trabajo a ambos dentro la compañía. Frank no tuvo problemas y acepto encantado aunque para ello tuviera que abandonar sus estudios. Sin embargo el padre de Carmine no le permitió hacer lo mismo a pesar de la necesidad de dinero que tenía cualquier familia de la época. «Los estudios primero y si eres bueno el trabajo vendrá rodado» es más o menos lo que le dijo su padre, lo que fue una gran contribución para la causa deceita, aunque entonces nadie lo supiera. Hay que recordar que entonces el chaval tenía unos 15 años, por lo que es completamente normal la reacción del padre.
Carmine siguió estudiando y consiguiendo más trabajos entre una y otra editorial. Una cosa condujo a la otra y termino aterrizando en DC, donde se le podía ver normalmente en colecciones como Green Lantern o la Sociedad de la Justicia. Por aquel entonces no destacaba demasiado, siendo uno más de entre tantos y ni siquiera era un fijo de la editorial, trabajando hoy aquí y mañana allí, donde hubiera trabajo. Cuando los superhéroes de la edad de oro languidecieron, Carmine se adapto sin problemas a cualquier género que los editores le pidieran y siguió al pie del cañón sin demasiados problemas ni contratiempos.
El gran cambio en la carrera de Carmine vino cuando Julius Schwartz le pidió que se ocupara del relanzamiento de Flash, rediseñando todo lo relacionado con el personaje. De esto ya hablamos en el post dedicado a Schwartz así que basta con decir que la imagen que creo Carmine sigue siendo la del personaje 52 años después, y no hay visos de cambios en el futuro. Desde ese momento fue la mayor baza que utilizo Schwartz para revitalizar mucho de los títulos de la casa y podríamos decir que Infantino fue un poco el Kirby de la casa, creando un estilo visual propio y marcando el camino a muchos dibujantes que vendrían detrás. Y poner todas las comillas que queráis a esa comparación, porque la libertad que gozaban los autores en ambas editoriales no era la misma ya que en DC al dibujante se le indicaba viñeta a viñeta lo que tenía que dibujar y como hacerlo. Esta claro que nadie tenía la imaginación desbordante de Kirby, pero seguro que algún que otro competidos hubiera podido surgir si todos hubieran tenido las mismas condiciones.
Esta claro que Infantino fue uno de los artistas más importantes de la edad de plata de DC, ya que muchos de los lanzamientos de aquella época había pasado por sus lapices. Esto lo sabía y apreciaba todo el mundo, incluido los dueños de la compañía. A finales del 66, el hijo de Harry Donenfeld, Irwin, que en ese momento llevaba las riendas de la misma le convirtió en el «diseñador de portadas» de todos los títulos de la casa. Esto significaba no solo decidir que y como irian los personajes en portada, sino en la mayoría de ocasiones abocetarlas para que luego los dibujantes de cada colección les dieran el acabado final. Esto convertía al estilo de Infantino en la imagen que DC quería transmitir al mundo y lo hizo tan bien que en Marvel se sintieron muy atraídos por todo aquello. Hay que recordar que a pesar de la rivalidad entre editoriales, la mayoría de sus trabajadores eran muy amigos que se movían de una editorial a otra sin problemas. Por eso Stan Lee no tuvo ningún problema en acercarse a Carmine y ofrecerle una suma de 22.000 dolares para cambiar de compañía (un tebeo de los 4 fantásticos de la época costaba 12 centavos, para que os ubiqueis). En DC no podía contrarrestar aquella millonaria oferta, pero por nada del mundo podían dejar marcharse al hombre de la casa, por lo que le ofrecieron el puesto de director artístico. No iba a cobrar lo mismo que si hubiera cambiado de editorial, pero aquello era un reto y a regañadientes acepto quedarse el puesto.
Ese movimiento resulto clave porque al muy poco tiempo, en 1967, DC comics fue vendida a Kinney National Services, momento en el que el estilo «familiar» de llevar la empresa se dejo atras para siempre. Esta empresa fue la que también compro algo llamado Warner Brothers film studio, que ya sabéis a donde condujo eso. Curiosamente, el éxito de la serie televisiva de Batman fue uno de los elementos que impulso esta empresa a realizar la compra. Pero a lo que íbamos, que es a nombrar editorial en jefe de la DC, como se había hecho de toda la vida en Marvel. El elegido fue nuestro Carmine Infantino, aunque seguramente por rango el puesto le hubiera correspondido a Julius Schwartz, pero es cuestión de estar en el momento justo en el lugar adecuado y Carmine parece que lo estaba.
La labor de Carmine en su nuevo puesto se centro en inyectar savia nueva a la empresa, que había perpetuado a una serie de autores por los siglos de los siglos por ese trato especial que Donenfeld y Liebowitz sabía dispensar a los suyos. No solo ascendió al puesto de editor (de colecciones) a gente como Joe Kubert o Joe Orlando para que estos inyectaran un punto de vista más visual a las historias (recordar el «método DC» de guiones completos) sino que se trajo a gente como Neal Adams, Denny o’Neill o el mayor pelotazo de la época: Jack Kirby. La idea era que se ocupara de Superman, pero en DC se acojonaron viendo lo que el genio les tenía preparado, concretamente el cuarto mundo y le dejaron que hiciera todo aquello en sus propias colecciones. Curiosamente, no aplicar el método de hacer cómics de DC con el rey fue un error que solo se pude ver a posteriori, ya que Kirby era como un caballo desbocado que necesitaba alguien que le domara.
Otro de los movimientos realizados por DC fue apartar a Bob Kane, o más bien, a la legión de «negros» de Bob Kane de las colecciones de Batman, a las que seguía ligado por un oscuro acuerdo con los anteriores propietarios (no os preocupéis, contare esta historia dentro de unos días). La táctica consistió en pagarle su tarifa por página y tebeo al mes y que dejara de entregar material a la editorial. Kane acepto el trato felizmente y se dedicó a otras tareas más hollywoodienses.
En 1971 Infantino fue ascendido a lo que ellos llaman publisher y que aquí sería más bien como director editorial (como ya se discutió en estos comentarios). La verdad es que me cuesta diferenciar que es lo que hacía exactamente en uno u otro puesto (al parecer, aquí podía meterle mano a los dineros) porque prácticamente era lo mismo y seguía teniendo el mando sobre los asuntos editoriales. El cambio de puesto parece que vino motivado por un descenso general de las ventas de cómics y se confiaba en Infantino para que pudiera levantarlas y aplastar a su competidora Marvel en el fango. Es en estos tiempos cuando se empiezan a realizar juegos con los formatos como la línea de 100 pagínas «super-spectacular» con una historia nueva y el resto refritos de años anteriores. También reediciones en formato tabloides de clásicos de la casa o tebeos centrados en un tema concreto, como «los mejores villanos de batman» y cosas así. Vamos, que estas cosas ya estaban inventadas muchos años antes de que nacierais.
Aunque tuvo más o menos éxito vendiendo licencias de todo tipo para series de televisión, dibujos animados e incluso para una película de Superman Infantino no logro levantar la venta de tebeos. No es que hiciera un mal trabajo, es que simplemente en DC no lograron dar con la tecla frente a una Marvel que les había comido mucho terreno. Infantino empezó la transición de los viejos métodos a los nuevos, pero como es imposible hacer volar a un dinosaurio, hizo lo mejor que pudo lo que le dejaron hacer. Y no le hizo mal, pero su tiempo había llegado. En 1976 fue sustituido en sus labores por Jenette Kahn.. ¡una mujer! (entonces algo inaudito). Si hubiera aguantado un poco más en su puesto, las mieles del triunfo de la película de Superman hubieran sido suyas, ya que colaboro muy activamente en su su realización. Pero no era su momento e Infantino volvió a lo que mejor sabía hacer, dibujar cómics.
Sí, pero que levante la mano quién no se haya visto tirado atrás ante el dibujo de un Carmine Infantino de los Ochenta. A ver si algún día vemos por aquí cosas como su Flash de los sesenta para ver el hot artist que llegó a ser, que es como comparar al Byrne de los 80 con el de ahora…
Grandísimo dibujante…
Como editor, tuvo la idea de crear la serie ‘First Issue Special’ «…fue una corta serie que salió de la mente del editor de DC de la época, Carmine Infantino, que pensó: ‘ya que el 1º número de una serie se vende siempre mejor que los siguientes números, una serie hecha sólo de primeros números tiene que ser la bomba’.»
Un dibujante extraordinario y un gran diseñador de personajes que también hizo una labor extraordinaria como editor.
Como curiosidad, Infantino demandó a DC por los derechos de varios personajes secundarios que creó para Flash, siendo freelance.
Si al final va a resultar que DC no es la gran familia que nos quiere hacer creer Pedro. ;-D
Impacientes Saludos.
¡Qué grande Infantino! Leí hace tiempo una buena entrevista suya en un Dolmen. Por cierto, ¿alguien ha leído algo sobre que están en quiebra técnica según han anunciado en su web?
Carmine Infantino es sin duda una gran leyenda. Creo que hasta que los que tienen poco conocimiento de los cómics han oído hablar de él.
La verdad que interesantes son estos post y me gustaría de ser posible un post de miracleman y como esta todo el asunto por la disputa de sus derechos.
Mira que me repito en los últimos comentarios, pero es que están resultando una lectura tan interesante que no sé qué añadir, Pedro.
Estás haciendo un trabajo cojonudo 🙂
Muchas gracias por los últimos posts sobre editores, son una verdadera maravilla.
Me uno a las felicitaciones por los últimos posts sobre los editores. Hay articulos en revistas y periodicos «serios» (y no hablo solo del mundo del comic) bastante peores.
Estoy disfrutando como un enano leyendo estos posts.
¡Qué ilusión este post! Cuando trajimos a Infantino a las Jornadas del Cómic de Avilés descubrí que muy poca gente sabia quien era y, lo que es peor, valoraba en su justa medida el hecho de haber logrado traer.
Ver que le dedicas este post me ha encantado.
En las sombras Bob Kane V
Estamos en los 60 y los nuevos tebeos de la Marvel arrasan en ventas. Batman, como muchos de los títulos de la DC, se muere, pero va a resurgir de sus cenizas y a darle a Kane una segunda juventud….