El salón del cómic de Barcelona de este año se le ha indigestado a más de uno. Cada edición el espacio dedicado a los cómics se va reduciendo más y más lo que esta produciendo algún que otro sarpullido entre autores y aficionados al cómic. ¿Qué te ha pasado salón del cómic? O más bien, ¿qué nos ha pasado a nosotros?
Que el salón del cómic dedica espacio a otra serie de cosas con escasa o nula relación con los tebeos no es algo nuevo y lleva ocurriendo durante bastante años. Si te puedes permitir pagar un stand, tendrás un stand, ya vendas tebeos, películas o videojuegos y esto ha pasado este siglo e incluso el pasado. Lo que pasa es que mientras que el espacio ocupado por estos espacios alternativos no fuera demasiado grande como que no importaba, vamos, que molestaba pero poco. Lo que pasa es que cuando se abre una puerta es muy complicado cerrarla y poco a poco los otros medios se han ido comiendo gran parte del espacio que ocupaban los comics hasta llegar un punto que el salón del cómic es más bien el salón de aficiones variadas para gente que algún día leyó un tebeo. Pero esto era así el año pasado y el anterior y no se armo tanto revuelo, ¿qué ha pasado este año?
El caldo de cultivo puede que fuera la nota de prensa que traía por título “LOS ROBOTS INVADIRÁN EL 30 SALÓN DEL CÓMIC DE BARCELONA” Por mucho que en la misma se indicara que “uno de los ejes temáticos de esta edición es de la relación entre los robots y el mundo del cómic y la cultura popular”, muchas cejas se arquearon por esa manera tan pillada por los pelos de relacionar lo que sea con el mundo del cómic. Fue una señal bastante clara de que las cosas se estaban saliendo un poco de madre, pero el detonante definitivo, al menos en twitter, fue la foto que publicó Ed Carosia en su twitter y que acompaña este texto, en donde se puede comprobar el tiro en la pierna que se pega ficomic. Videojuegos por encima de cómics, mucho más grande, mucho más importante. En todas las farolas de la ciudad, restregándolo a todos sus habitantes. En ese momento empezó en serio el malestar en twitter y se fue extendiendo según se fue desarrollando el salón, llegando a su culminación en este magnifico post de Santiago Garcia, donde se cuenta con pelos y señales lo que ha pasado y que es de lectura obligatoria. que describe a la perfección la sensación general (de cierto sector) sobre el evento.
Lo primero es lo primero, Santiago describe a la perfección esa sensación de desarraigo que tienen ciertos sectores al pisar los terrenos del salón. Como ya se ha dicho antes no es algo nuevo pero es algo que se ha acentuado demasiado y que se palpa en el ambiente. Es normal, no es que parezcan fuera de lugar, es que lo están. El modelo con el que funciona Ficomic y que comparte con el Expocomic madrileño prima lo comercial por encima de lo “cultural”. Ya no solo porque sean empresas que quieran ganar dinero (que lo son) sino porque montar un evento de estas características precisa de una fuerte inversión y de una gran afluencia de publico. Poniendo algún ejemplo concreto, ¿qué atrae más publico, la película de los Vengadores o la de Arrugas ? ¿Cuál es mejor? ¿Entendería el publico general ver posters de viejos por todo el salón pero no de Iron Man? Seguramente no, es más, nos tacharían de chalados y hablarían mal del salón a todos sus conocidos. Es una exageración,vale, pero es un ejemplo de que este modelo de salón es el que hay y no parece que pueda admitir un cambio tan profundo. Además, ¿alguien le ha preguntado su opinión a alguno de sus (supuestos) cien mil visitantes? No, perdonad, pero unos pocos de nosotros hemos decidido que esto no esta bien y lo vamos a cambiar, si no os gusta, mala suerte.
Esta claro que la alternativa es el #otrosalon que se esta pregonando por twitter. ¿Pero cuál? Santiago lo clava en el siguiente párrafo
Cualquier sector industrial sano, y más si es cultural, necesita un festival donde exponer sus últimas tendencias, sus mejores obras, sus autores destacados, donde intercambiar ideas e informaciones y lanzar mensajes a la sociedad. Un sitio donde mostrar lo que somos y cómo somos ahora, hoy, donde mostrárselo a todo el mundo, pero también donde mostrárnoslos a nosotros mismos.
Y aquí es donde viene el quid de la cuestión, ¿qué somos? ¿quienes somos? O más importante aún, ¿qué es el cómic español? Porque Santiago parece que tiene miedo a decir que lo se debería montar es un salón de cómic ESPAÑOL. O incluso un salón de la Novela Gráfica. Aunque sea incomodo se dice y no pasa nada y así todos definimos nuestras posiciones y sabemos donde estamos. Porque parece que todos sabemos de lo que estamos hablando pero ninguno quiere decirlo para que nos tachen de esto o de lo otro. Una vez que asumamos esto tenemos que asumir que no puede ser un salón para el público en general, que nuestras inquietudes culturales, que el terreno por el que se mueve ahora el tebeo español no puede (ni tiene porque) atraer a las masas. Si el cómic español quiere moverse por el terreno de la experimentación, o por el de la critica social, o por el de las historias intimas, que lo haga, pero que entienda la consecuencias. Si tiene que ser otro salón que lo sea, pero tiene que ser otro muy diferente. Y algo muy importante, quizá lo que más, tiene que montarlo alguien Esta muy bien que todos queramos otro salón muchísimo mejor que el de ficomic, pero alguien tendrá que remangarse y ponerse a montarlo. Y ese es el momento donde vemos las bonitas puñaladas que siempre han caracterizado al cómic español, pero eso ya es otro tema.
Otro salón es necesario, el problema es que entendemos cada uno por otro salón. Quizá haya demasiados otros salones y ninguno nos termine de satisfacer. Pero para ello hay que montarlo, ojala se haga. Donde sea como sea, pero que se haga.