Armand Matías Guiu

Vaya asco de semana. Al mazazo de la muerte de Reeve se une la muerte de este hombre. No ha tenido mucha repercusión en los medios, ni se le han dedicado grandes palabras de elogio en todos los programas de la tele. Es lo de siempre, escribes un bestseluchor de mierda y todo el mundo te elogiara, dedicas toda tu vida al mundo del comic y lo unico que te espera es al final del túnel es el olvido. En fin, así es esta perra vida.

Creo que mi infancia no hubiera sido igual sin la existencia de este hombre. Entonces sabia muy poco de el, creo que nunca leía los créditos de los tebeos (¿ en Bruguera los autores firmaban sus historias ? Tengo que investigar este tema), así que por entonces nunca sabia quienes eran los autores. Excepto cuando aparecían dentro de sus hombres, como el caso de Ibáñez, Escobar o Matías Guiu. Siempre tuve claro que los dos primeros eran personas reales y que se estaban parodiando a si mismos, pero Matías siempre me pareció un personaje de ficción. No lo identificaba con ninguna persona real y siempre me pareció un personaje magníficamente creado. Es mas, cuando leía sus maravillosos diálogos para besugos, siempre pensaba que una serie de guionistas ponían su firma para aumentar la leyenda del personaje. No me entraba por la cabeza que una misma persona pudiera escribir todas las semanas una serie de diálogos tan ingeniosos. Pero con el tiempo me entere y me maraville de lo que era capaz de escribir este hombre. Sentí una gran admiración a la vez que una gran pena porque seguramente habría leído cientos de guiones suyos y jamas podría adjudicarle el mérito que le correspondía.

Eran otros tiempos. Los niños de entonces crecimos leyendo Bruguera y hoy todos añoramos lo que significo esa época. Las revistas juveniles que sacan ahora al mercado están bastante bien pero no tienen la fuerza de entonces. Es mas, todo el mundo reivindica a Bernardo Vergara como el mejor dibujante de esas revistas, justo el mas claro heredero de la escuela Bruguera.

Esta claro que aquellos tiempos eran muy diferentes y que jamas volverán, que tópico. Yo los echo mucho de menos, porque creo que es lo que necesitan los jóvenes para engancharse a los cómics. No en vano muchos de los lectores de la generación actual leíamos los tebeos de Bruguera. Por desgracia, somos los únicos que quedan, los del medio se perdieron, y los actuales son hijos del manga.

Matías Guiu me produjo muchos momentos de felicidad en mi juventud. Fue uno de los grandes guionistas de entonces, y otro mas de los eternos olvidados. Ojalá existiera gente tan creativa y tan productiva hoy en día… y que no sufriera la tiranía que sufrían entonces en Bruguera. Descanse en paz, seguiremos riéndonos con tu trabajo durante mucho tiempo.

5 comentario en “Armand Matías Guiu”

  1. Viru dice:

    Una auténtica pena, que decir 🙁 Hago mias tus palabras, lo has expresado muy bien, me encantaban los diálogos.

  2. dark schneider dice:

    Lo de Guiu no tiene nombre, su pérdida es algo que muchos lamentamos, pero lamentamos más el poco eco que se ha hecho de ella

  3. Karl dice:

    Vaya, hacía mucho que no oía su nombre… supongo que desde que era un crío que se reía con sus «diálogos para besugos». Descanse en paz, maestro.

  4. José Luis Caballero dice:

    durante muchos años tuve el honor y la suerte de trabajar con Matias Guiu en la revista Lecturas. Fue mi amigo y mi consjero, un gran tipo con un sentido del humor que le desbordaba y una gran humanidad. Una de las mejores personas que he conocido.

  5. Alberto dice:

    Pues fíjate que yo también estaba convencido de que era un personaje más… hasta hoy. La cuestión de todo es que yo firmo mis comentarios en el periódico local como Matías Guiú (o Matías G. Rousseau -besugo en francés-) desde hace años, haciendo un guiño, que nadie entiende, a los Diálogos para Besugos. Qué lástima. Por cierto, la generación entre Bruguera y el Manga no se perdió al completo, muchos lo que se encontraron fue Marvel, sobre todo Spiderman. Desde luego, lo que no ha tenido relevo es el cómic de humor de Escobar e Ibáñez, salvo contadas excepciones. Yo adoraba al Profesor Cojonciano y a Dios Mío…

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